Hace apenas unos días, la NBA y la NBPA firmaban un acuerdo por el convenio colectivo laboral que entrará vigor a partir del 1 de julio de 2017. Si bien muchos son los aspectos que varían conforme al anterior convenio, uno de ellos está directamente relacionado con el encuentro del pasado sábado, que enfrentó a Cleveland Cavaliers y Golden State Warriors.
A falta de tres segundos para el final, Richard Jefferson realiza un contacto con el pie sobre Kevin Durant. A pesar de que la NBA informó tras el partido del error arbitral por no señalar falta, lo cierto es que el marcador del Quicken Loans Arena terminó con victoria local sin que los Warriors tuviesen más opciones.
Tras el partido Durant no se excedió con sus comentarios y simplemente dijo que «no se había caído solo». Tras la revisión de la liga confirmando la opinión del jugador, cabe estudiar en qué ayuda el nuevo convenio laboral a este tipo de situaciones. Mitch Lawrence, de Sporting News, lo reflejó así: «Los jugadores podrán criticar el arbitraje como nunca lo han hecho antes. En el pasado podían entregar un informe anual —que no podía incluir el nombre de ninguno de los jueces de pista—, y que era el modo en el que Stern lo quería. Los jugadores tenían que aceptar la decisión del jurado designado, y nunca hubo sensación de que tuvieran algún poder en este aspecto», señala el periodista.
El nuevo ‘CBA’
«En el momento en el que comience la vigencia del nuevo acuerdo, los informes se presentarán con los nombres de los árbitros y con mayor frecuencia, al menos una vez al mes. Además los atletas tendrán una línea directa en la que podrán hablar sobre el arbitraje. No solo podrán señalar el error de un colegiado, sino que advertirán como el juez llevó la situación del partido, y en sí mismo, las formas de llevarlo», concluye Lawrence.
Otro de los incidentes que se ha registrado relacionado con este tema lo ha protagonizado esta misma madrugada el alero de los Pacers, Paul George. Lo que está claro, es que no existía una vía de comunicación para los jugadores, más bien una especie de aislamiento. Quién sabe si lo que se ha planteado como solución, puede acabar por convertirse en radio patio. A la espera de que entre el vigor el próximo convenio colectivo, lo único que queda es esperar.