Inicialmente, no estaba previsto en la noche destinada a la gloria universitaria de la NCAA ningún partido de la NBA. Sin embargo, el duelo que debía disputarse el 6 de marzo entre los Timberwolves y los Blazers fue reprogramado para ayer, porque en su momento los problemas de condensación en el Target Center dejaron la pista impracticable.
Así que un mes después de lo planeado, se vieron las caras Minnesota y Portland, con malas noticias para estos últimos, que vieron cortada una racha de seis jornadas consecutivas sin perder. En un ajustado choque, los de Minneapolis doblegaron a los Blazers (110-109). Una canasta de Karl-Anthony Towns a medio minuto del final puso a los suyos cuatro arriba. Allen Crabbe tuvo en sus manos acercar la contienda desde el tiro libre, pero sólo acertó en uno de los dos lanzamientos que dispuso. Un rebote ofensivo de Al-Farouq Aminu, con posterior canasta, ajustó muchísimo el electrónico, hasta el punto que después de dos fallos seguidos de Ricky Rubio y Andrew Wiggins, los visitantes dejaron en las manos de Damian Lillard el triunfo. Sin embargo, el tiro postrero no hizo diana y los Blazers perdieron la ocasión de mantener a raya a los Nuggets en la disputa por la octava plaza del Oeste. Ahora mismo, los de Oregón estarían en playoffs con 38-39 frente al 36-40 de Denver, que se coloca a 1,5 partidos de la post temporada con seis fechas por jugar para ellos.
Por su parte, Minnesota sigue con esa irregularidad que le ha dejado fuera de cualquier aspiración. Ayer, los 34 puntos y 12 rebotes de Towns y los 11 tantos y 16 asistencias de Ricky (9 en el primer cuarto), lo más destacado de un plantel que arroja la sensación de que con un poquito más de acierto y constancia habría estado en condiciones de pelear por los playoffs.