A riesgo de parecer pesados, no podemos pasar por alto lo que está haciendo una vez más Luka Doncic. Mientras las dudas sobre su equipo, los Mavericks, siguen vigentes otra temporada, el genio esloveno se ha empeñado en demostrar que él va a dar la última gota de sudor (y de talento) para que los de Texas lleguen lo más lejos posible.
Anoche, visitando a los Pistons y arrastrando molestias físicas por un problema en el codo, golpeó y venció a los de Michigan con un triple-doble de 39 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias. Fue otra actuación prodigiosa, una que le convierte en el primer jugador de la historia de la NBA que enlaza seis triples-dobles consecutivos de al menos 30 puntos, teniendo además el récord de hacerlos con 35 puntos (lleva cinco seguidos). No extraña que Jason Kidd no pueda hacer otra cosa que quitarse el sombrero ante él.
«Eso demuestra en qué nivel está jugando ahora. Él sabe que es capaz de hacer todo eso, de anotar con el balón en sus manos, de encontrar a sus compañeros y, por último, de rebotear», comenta el head coach de Dallas.
No le falta una pizca de razón al técnico. Aunque parezca una locura viendo lo que ya había hecho anteriormente, Doncic está en la mejor temporada de su carrera en anotación con 34,6 puntos por noche, y asistencias, yéndose a 9,8 por partido. Y hay más, y que nunca había lanzado tan bien a canasta, estando también en sus mejores guarismos en porcentaje de tiros de campo, triples y tiros libres.
A su actual ritmo de triples-dobles, y a la espera de que los éxitos colectivos le terminen acompañando, Luka pasó a ser anoche el cuarto jugador de la historia con 10 triples-dobles de 35 puntos en una misma campaña. Los otros tres son Russell Westbrook, James Harden y Oscar Robertson. Y sí, el de anoche le sirvió para ganar en Detroit por 124-142 y continuar en la pelea por conseguir plaza directa a playoffs en la Conferencia Oeste (están a un partido).
(Fotografía de Tim Heitman/Getty Images)