Michael Reinsdorf, entusiasmado con el proyecto de Karnisovas en Bulls

Desde 2010 —en realidad algo antes— el peso de Jerry Reinsdorf en el día a día de los Chicago Bulls se ciñe a labores de consultoría. En su lugar, decidió situar a un hombre que pudiese representar sus intereses al dedillo. El dueño de la franquicia desde 1985 ya sobrepasaba los 70 y había consumido demasiadas energías en la década de 1990. El elegido no sería otro que su hijo Michael, que una vez que se acabo la cuerda de los Rose, Noah y Butler; no ha dejado de tomar decisiones de dudoso calado. Hasta que en 2020, Arturas Karnisovas le cayó del cielo. «Cuando le contratamos, pensábamos que nos ayudaría a crecer. Pero nunca que lo haría tan rápido» cuenta a la ESPN.

Es lo que tiene mover el árbol, que a veces caen frutos. Ya el año pasado el general manager decidió que Billy Donovan era el hombre indicado para manejar un barco que ya contaba con Zach LaVine como cara visible. Desde entonces, Karnisovas no ha dejado de intentar mejorar el equipo con movimientos ambiciosos. Primero fue Vucevic y después fueron llegando DeMar DeRozan, Lonzo Ball y Alex Caruso; que se unen a los aciertos del draft que suponen Patrick Williams (2020) y Ayo Dosunmu (2021). Antes de comenzar la temporada, la ambición estaba ahí, pero había dudas sobre el encaje del nuevo grupo. Nadie esperaba que a estas alturas los Bulls encabezasen la Conferencia Este con un récord de 27-12.

Ni siquiera Reinsdorf. «No hay problemas. No hay drama. Solo un grupo en el que todo el mundo quiere alcanzar el siguiente nivel». Admitiendo su superstición, el hijo del mandamás no quiere echar las campanas al vuelo, pero dice estar «entusiasmado por volver a ver a unos Chicago Bulls relevantes». En la ciudad del viento llevan sin ver los playoffs desde 2017, y todo apunta a que este será el año del regreso.

Michael destaca la cercanía con la que trabaja Karnisovas y sus esfuerzos por conocer la organización y sus miembros desde que aterrizó en sus oficinas en 2020. Con Donovan tejió una relación instantánea y se interesó por saber qué esperaba Zach LaVine del equipo y construir a partir de ahí. «Su ego no tiene que ver con ser el ganador de cada trato. Fue agresivo en el traspaso de Vucevic y nos enseñó que no todo gira en torno al statu quo«. Michael Reinsdorf ya tiene a su Jerry Krause particular, solo que este se ha conseguido meter a todo Chicago en el bolsillo.

(Fotografía de portada de Elsa/Getty Images)


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