14 derrotas seguidas dan para mucho, sobre todo para que el ambiente se vaya enturbiando minuto a minuto. Justo eso está pasando en unos Detroit Pistons que no sólo no están ganando partidos, sino que están siendo vapuleados de forma casi constante y ante cualquier rival.
Anoche, recibiendo en el Little Caesars Arena a unos Wizards que tampoco es que estuviesen en forma –acumulaban nueve partidos consecutivos perdiendo–, se llevaron un nuevo correctivo, en esta ocasión por 107-126, para hacer que su entrenador, Monty Williams, señalase directamente al escaso amor propio de sus jugadores sobre el parqué. Así lo expresa:
«No hubo ningún tipo de pelea esta noche sobre esta cancha. Ese no es el baloncesto que deben hacer los Pistons ni mucho menos. Tenemos que tener gente con esa camiseta que honre la historia de esta organización compitiendo a un alto nivel todas las noches», señala dejando claro que no está nada contento con la actitud de sus chicos.
Lo cierto es que la campaña de los de Michigan está siendo decepcionante. Ya no se trata de que se esté perdiendo prácticamente siempre –se podía esperar–, sino de la poca batalla que están presentando en demasiadas ocasiones. En los últimos cuatro partidos han sufrido derrotas por diferencias de 19, 23 y 29 puntos. Es obvio que aún deben progresar y que están en reconstrucción, pero siendo el tercer año en la NBA de Cade Cunningham (número 1 del draft de 2021), simplemente se esperaba más.
Monty Williams no da nombres, y lo cierto es que no lo necesita. En el propio vestuario saben que todos deben mirar en su interior y comprender que pueden hacer más a título individual; tal y como comenta Isaiah Livers. «Hay muchas pequeñas cosas de las que podemos hablar, pero simplemente no jugamos duro. Cada miembro del equipo tiene su rol y parece que ninguno de nosotros está desempeñándolo lo mejor que puede», sentencia.
Soluciones a corto plazo se vislumbran pocas. Claramente pueden mejorar, y más ahora que Jalen Duren está recuperado y empieza a jugar bien, pero salir de está nefasta dinámica nos será nada sencillo. Se vislumbra un año muy largo –una vez más– para los Pistons.
(Fotografía de Gregory Shamus/Getty Images)