La salida de Marcus Smart de los Boston Celtics se puede definir como traumática, y no porque lo digamos nosotros, sino porque su propio entorno así lo hizo saber cuando se confirmó que los verdes lo traspasaban a Memphis.
Se habló de patada en el estómago, de algo difícil de asimilar, de las ganas que tenía Smart de continuar en el equipo… pero lo que no hemos conocido hasta ahora es que desde Boston no solo no le avisaron de lo que se avecinaba, sino que le mintieron al comunicarle que no sería trapasado.
«Me dijeron que todo estaba bien después de preguntar varias veces. Me dirigí a ellos diciendo algo así como…,’Estoy escuchando rumores, ¿qué está pasando?’ Y ellos me dijeron: ‘Nada. Todo está bien, todo está bien’. Poco después me enteré del intercambio, algo que ocurrió a través de la cuenta de Twitter de Shams Charania antes de por el que aún era mi equipo», comenta el ahora jugador de los Grizzlies.
Lo cierto es que en parte se puede decir que Smart salió de ‘rebote’. En el acuerdo inicial para conseguir a Kristaps Porzingis era Malcolm Brogdon el que se marchaba –acabó saliendo igualmente–, pero a última hora los socios comerciales de Boston se movieron con la intención de hacerse con Smart. En Boston no se lo pensaron. Tenían claro que debían mover su plantilla.
(Fotografía de Maddie Meyer/Getty Images)