Los Orlando Magic se han ido dirigiendo, conforme avanzaba la temporada, a una situación que a principios de la misma no se debían ni plantear.
Gracias, muy en parte, al enorme rendimiento de Nikola Vucevic (sorpresa) así como de su 6º hombre, Terrence Ross (sorpresón), la franquicia se logró clasificar para los playoffs (super sorpresón). Y ahora, ya eliminados, emerge la disyuntiva.
¿Que hacer con estos dos tíos que asaltan al unísono la agencia libre y que, al unísono también, han firmado sus dos mejores campañas desde que están en la NBA?
Ellos
Terrence Ross (28 años). 15,1 puntos y 3,5 rebotes en 26,5 minutos; 38,3% en triples en mas de siete intentos por partido. Escolta bastante unidimensional (anota pero no asiste), que este año, merced a su puntería de tres puntos, su defensa y su liderazgo a la hora de hacerse con la batuta de la segunda unidad, ha demostrado ser capaz de cargar con una enorme parte del peso ofensivo de su equipo.
Viene de cobrar 10,5 millones este curso, poniendo punto y final al acuerdo de tres años y 31,5 que acordó con los Raptors cuando aún era un jugador pendiente de eclosionar. Eclosión desde luego tardía… y la gran duda es si duradera. ¿Raíces o flor de primavera?
Nikola Vucevic (28 años). 20,8 puntos, 12 rebotes, 3,8 asistencias y 1,1 tapones en 31,4 minutos; 36,4% en triples en casi tres intentos por noche. Viene de ser All-Star.
El suizo logró lo que parecía impensable hace varios años: conseguir que la marcha de Dwight Howard doliera bastante menos de lo que cabía esperar. Sin los abusos de Superman, supo ser la mejor versión posible de Clark Kent. Y de ahí devino su contrato de 4 años y 53 millones. Empezó fuerte, pero en los cursos 2016/17 y 2017/18, su nivel dio un par de pasos atrás…. para coger impulso. Campaña regular sideral y utra-eficiente del pívot.
Una de las grandes dudas que orbitan en torno a él (especialmente tras los playoffs), es cuánto de liderazgo y cuánto de boxscore vacío hay en Vucevic. Porque en primera ronda ante Toronto, Marc Gasol se lo ha desayunado, comido, merendado y cenado. Su nominación para el partido de las estrellas le pone en disposición de firmar un contratazo, y tras escoger a un (verdísimo) Mo Bamba como clara apuesta de futuro, en Orlando deben decidir qué mano quieren (y a cambio de cuanto) jugar.
Prioridad… pero no a cualquier precio
Jeff Weltman, presidente de operaciones de la franquicia, no ha tenido problema alguno en mojarse, y ha dicho lo siguiente. «Volver a firmar a Vooch [Vucevic] es una prioridad pero, dicho esto, sabemos que Vooch va a tener muchos equipos para los que firmarle será una prioridad también. Nos reuniremos con sus representantes en el momento apropiado», manifestaba para NBA.com, para añadir a continuación, ya refiriéndose tanto a Vucevic como a Ross, «confiamos en que podamos traerlos de vuelta. Esto es la NBA, y como siempre digo, ‘hay una gran diferencia entre las intenciones y lo que se logra después’. Pero sí, son una prioridad».
Como dato no menor, cabe señalar que el representante del center,
Bill Duffy, lo es a su vez de su compañero en el frontcourt, Aaron Gordon. Algo que, más que menos, debería hacer más fluidas esas conversaciones de renovación.
Vestuario y balance
Los de Florida son, sin duda, una plantilla en crecimiento. Aaron Gordon y Jonathan Isaac los consideramos jugadores jóvenes aún con techo por encima; Markelle Fultz es una baza de bajo riesgo pero con potencial para partir la ruleta. Bamba, una chispa de presente y una barbaridad (esperemos) de futuro…
Y el resto del elenco (Iwundu, Birch, Briscoe, Augustin…) se ha reivindicado como un grupo más sólido y robusto de lo imaginado, y financieramente de lo más asequible (un chollo, vamos).
Fournier (17M por campaña) es una buena losa económica de la que no se desprenderán hasta 2021. De Mozgov, aún queda un doloroso (y último) año más (16,7).
Pero para la temporada que viene, aún sin renovar a Ross ni Vucevic, ya tienen comprometidos 85.118.248 dólares. Es decir, invertir por ellos es invertir en el núcleo actual de Orlando y en nadie más. No habría espacio para otros agentes libres de renombre.
Es la hora de las grandes decisiones que pueden marcar el próximo lustro en Disnely Word.
(Fotografía de portada de Christian Petersen/Getty Images)