Sin Kawhi Leonard no hay serie. Al menos, esta es la sensación que Warriors y Spurs han dado desde la lesión del alero. Golden State volvió a abusar de su rival, esta vez durante 48 minutos, para imponerse por 136-100, en un duelo que llegaron a dominar por 41 puntos. El imponente ataque californiano se bastó para romper cualquier resistencia de unos Spurs sin alma.
Contando con un calendario que retrasará el tercer partido hasta el sábado (cuatro días después del Game 2), San Antonio no forzó a Kawhi Leonard, recuperándose de un esguince en su tobillo izquierdo. Gregg Popovich, entrenador de los Spurs, confirmó la baja, preocupado por sufrir la misma lesión en el mismo sitio dos veces seguidas. La primera durante la serie anterior ante Houston, la segunda en el arranque de las Finales del Oeste, tras caer sobre el pie de Zaza Pachulia.
-61 sin Leonard
The @warriors remain unbeaten in the #NBAPlayoffs behind Stephen Curry’s 29 points, 7 rebounds & 7 assists! #DubNation pic.twitter.com/YJjjmv5Rpr
— NBA (@NBA) May 17, 2017
Desde el momento de la lesión de Kawhi Leonard, el marcador era de 55-78 para los Spurs. Desde entonces, el parcial entre el final del primer partido y el segundo es de 194-133. Golden State ha encontrado la fórmula de jugar a placer frente a San Antonio. Con su creación de juego limitada sin Leonard ni Tony Parker, y con una defensa sin capacidad de adaptarse al constante peligro californiano, los Spurs fueron un juguete en sus manos.
En un golpe de ironía, Zaza Pachulia, en buena parte responsable de la ausencia de Leonard, no terminó el partido. El pívot georgiano no volvió a cancha tras el descanso por culpa de una contusión en el talón derecho. Una lesión que se suma a la de Andre Iguodala, baja por las molestias de rodilla que le dejó también sin jugar la segunda mitad en el primer partido de la serie. Bajas de menor calibre que la de Kawhi Leonard, pero que sirven para que Golden State también agradezca que no haya más acción hasta el sábado.
Monólogo de 48 minutos
Patrick McCaw shows the hustle & finds David West for the #AssistOfTheNight! pic.twitter.com/ius0GlRnfe
— NBA (@NBA) May 17, 2017
Pero importó poco este martes. Stephen Curry salió dispuesto a romper el partido desde el principio, anotando 15 de sus 29 puntos (incluyendo un 6/9 en triples) en el primer cuarto. Sin excesiva exigencia, Kevin Durant aportó 16 puntos, por 13 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias de Draymond Green. Con deseo de ganar minutos, especialmente por la baja de Andre Iguodala, el novato Patrick McCaw hizo aún más honda la herida tejana con 18 puntos y 5 rebotes desde el banquillo.
Por San Antonio, solo un jugador dio la cara antes de los minutos basura: Jonathon Simmons. El alero, quien hace dos años jugaba en la D-League, fue el único que no se arrugó ante el escenario de unas Finales del Oeste que se han convertido en un suplicio para los Spurs. Simmons terminó con 22 puntos, aprovechando a la perfección la titularidad en ausencia de Kawhi Leonard. Ningún otro habitual dejó nada para el recuerdo, con un LaMarcus Aldridge (8 puntos) a años luz del jugador capaz de llevar el peso ofensivo como en Portland.
De camino a San Antonio
Jonathon Simmons sets his new #NBAPlayoffs career-high with 22 points for the @spurs. pic.twitter.com/1HbMV9g81t
— NBA (@NBA) May 17, 2017
Al final, los 36 puntos de desventaja suponen la mayor paliza recibida por los Spurs en playoffs desde 2001, y la mayor a favor de los Warriors desde la prehistoria de la liga (1948, aún en Philadelphia). El equipo de Gregg Popovich, eso sí, no está todavía descartado para al menos presentar batalla. El recuerdo de cómo se abrió su serie ante Houston (perdieron por 27 en casa antes de ganar 4 de los siguientes 5 partidos) y la posible recuperación de Kawhi Leonard les convierte todavía en un rival a tener en cuenta.
Eso sí, el 2-0 es indiscutible. Los Warriors han aprovechado las circunstancias para ponerse a medio camino de sus terceras Finales NBA consecutivas. Los problemas físicos de Andre Iguodala y Zaza Pachulia no afectan a su línea de flotación, al contrario que en San Antonio. Sacar al menos una victoria de su próximo viaje a la casa de los Spurs, todavía con la duda de Kawhi Leonard, dejaría casi asegurada su clasificación.