Jordan Poole tiene ganas de probar su valía en Washington, tantas que no ha esperado ni al inicio de la liga regular para firmar su primera gran actuación. En la visita al Madison Square Garden para el tercer amistoso de los capitalinos, el escolta se fue hasta los 41 puntos para comandar la paliza de los suyos a los Knicks, a quienes se impusieron por 106-131 para continuar invictos durante los encuentros de preparación.
El ex de los Warriors arrancó enchufado desde muy temprano sumando 11 tantos en el primer cuarto, pero fue en el segundo en el que de verdad empezó a dejar claro que había ido a Nueva York a dejarse ver. Con 16 puntos en los últimos cuatro minutos previos al descanso, el escolta protagonizó en solitario prácticamente todas las posesiones de los Wizards en ese tramo, asumiendo una carga quizás excesiva pero que fue difícil reprocharle dada su efectividad. Poole llegó así con 29 tantos en su casillero al final del segundo cuarto, firmando una primera mitad sensacional a la que pondría la guinda en la segunda.
Y no en toda la segunda parte, pues de hecho Jordan no pisó la pista en el cuarto periodo, pero no lo necesitó. Con otros 12 puntos en 10 minutos, Poole alcanzó los 41 antes de irse al banquillo a descansar durante el resto de la noche, dejando claro que no está dispuesto a que las críticas recibidas tras la última postemporada hundan su emergente carrera.
Y es que, en el que fue apenas su tercer amistoso con su nuevo equipo, el escolta ha conseguido colarse de alguna manera en los registros históricos de los Wizards. Con esta actuación, Poole ha igualado el récord anotador de la franquicia en un partido amistoso, un récord que hasta ahora poseía en solitario Michael Jordan con los 41 tantos que anotó el 20 de octubre de 2001.
A estas alturas, no es como si sus capacidades anotadoras fueran a sorprender a nadie, y de hecho cuando se anunció su traspaso a Washington no era difícil imaginarle firmando este tipo de partidos, aprovechando que, a diferencia de en Golden State, tiene licencia para jugarse los tiros que quiera. La cuestión es si podrá hacerlo de forma recurrente, como él parece considerarse capaz, o si este tipo de actuaciones se pierden en un mar de noches más ineficientes.
(Fotografía de portada: Patrick Smith/Getty Images)