Tenían un partido complicadísimo por delante. Ante unos Raptors que están cuajando una temporada sobresaliente y que ya no se sienten pequeños ante ningún rival.
Eso sí, tener de vuelta a LaMarcus Aldridge son palabras mayores y una situación que los Blazers necesitaban como el comer.
El pívot no estaba en su mejor estado físico, tras haberse perdido tres de los cuatro partidos anteriores por una enfermedad respiratoria, pero acabaría con 23 puntos y 13 rebotes en la victoria 102-97 sobre Toronto.
«Tenía unas sensaciones algo incómodas durante la primera mitad, ya que llevaba sin jugar dos o tres partidos», comentó el jugador. «En el segundo tiempo, traté de ser más agresivo yendo hacia el aro, tratando de encontrar mi tiro».
El partido encima fue de los exigentes físicamente, tras disputarse una prórroga para dirimir el vencedor final. Por eso, el entrenador *Terry Stotts** estaba tan contento con el desempeño de Aldridge.
«Incluso al volver de una enfermedad que lo ha mermado tanto, ha sabido mostrar mucho ritmo», añadió Stotts.