Casi tres meses después de sufrir un severo esguince de tobillo, Ricky Rubio volvió a disputar un partido oficial, aunque el resultado para su equipo fue el mismo que en gran parte de este tiempo, una derrota.
Los Mavericks vencieron en su visita a Minnesota por un apretado 94–100 a pesar de no poder contar con Rajon Rondo, ausente durante unos partidos tras haber sufrido fracturas en la cara.
J.J. Barea fue quien sustituyó a Rondo y lo hizo bien. El base logró 10 puntos y 8 asistencias, además de los últimos cuatro puntos de su equipo que sellaron el resultado. Monta Ellis fue el máximo anotador de la noche con 23 puntos, Chandler Parsons logró 18 puntos, 6 rebotes y 4 robos y Dirk Nowitzki llegó a los 16 puntos y 7 rebotes con 7 de 10 en tiros de campo.
Por los Timberwolves el más destacado fue Kevin Martin con 19 puntos, seguido de Thaddeus Young y Mo Williams con 15 puntos cada uno. Andrew Wiggins se quedó en 14 tantos tras una mala noche en el tiro con 4 de 14.
El partido de Rubio
Rubio finalizó la jornada con 10 puntos, 4 asistencias, 3 rebotes y 3 pérdidas en 21 minutos en los que encestó 4 tiros de 9 intentos. El base se mostró confiado y con ganas, pero no pudo permanecer en la pista todo el tiempo que quiso.
“Me quería morir, me dolió mucho”, dijo Rubio al respecto, no de su lesión, sino de ser retirado la pista cuando faltaban 4 minutos. “Cuando estás jugando, no piensas en nada. Sentía que controlaba el partido y ya estaba pensando en el siguiente par de jugadas. Era por algo que me quería decir el doctor, no puedo luchar contra eso”.