Hoy es imposible que los focos mediáticos no vayan para otro lugar que no sea Oklahoma, tras el excelso partido disputado entre los Thunder y los Warriors.
Sin embargo, hay un equipo en el que no paramos de insistir que no se puede olvidar. Porque los Spurs no dejan de ganar, porque su juego colectivo sigue llevándose todos los halagos de los entrenadores rivales y porque ya han llegado sin hacer ruido a las 50 victorias.
Una gira muy positiva
Aunque como recalcaron los mismos jugadores de San Antonio ya están algo agotados en la gira en la que están inmersos, anoche lograron que eso no se notara y fulminaron a los Rockets con un marcador de 94-104.
Esta vez fueron dos quienes tomaron la responsabilidad ofensiva del equipo: Kawhi Leonard anotaría 27 puntos, mientras que LaMarcus Aldridge aportaría otros 26.
«Este partido siempre es muy mental, porque se trata del último partido fuera y todo el mundo está deseando llegar a casa. Hoy ha sido una gran victoria, porque todo el mundo estaba muy centrado», explicaba Tony Parker, con 15 puntos.
Desacierto local
James Harden fue la máxima representación del «intentarlo, pero no poder» en Houston.
El escolta se iría hasta los 27 puntos, pero su acierto en los lanzamientos de campo dejó bastante que desear, con solamente un 10 de 25.
«Tuvimos nuestros lanzamientos, pero no hemos estado acertados para meterlos. Hemos jugado con agresividad en la segunda parte, pero ya era un poco tarde», añadió el mismo Harden.
Tanto Corey Brewer como Jason Terry sumarían 15 por cabeza, por los 11 y 14 rebotes de Dwight Howard.