Preguntado si le sorprendería que el equipo técnico de los Warriors le dejase fuera de disputar el Game 4 ante Houston, Stephen Curry respondió «mucho». Está con ganas y prevenido para volver a jugar.
No es solo que lleve queriendo regresar unos días, Curry cree que volverá a vestir el hábito en la tarde noche del domingo (21:30 hora española) en el cuarto partido ante los Rockets. De hecho, el vigente MVP de la NBA reconoció también que estaba listo para competir en el Game 3 que el jueves secuestró Houston. Pero Steve Kerr le previno de «correr riesgos».
«Fue cosa suya. Si hubiera tenido luz verde, definitivamente hubiera jugado y estado con confianza. Espero que eso derive en que haya más confianza para el domingo», dijo Curry y recogió ESPN.
Ya el viernes, Curry pudo disputar enfrentamientos de tres contra tres en el entrenamiento de Golden State. «Fue una buena sesión. Jugué un par de partidos. Cogí ritmo, estoy en ello», dijo Curry, que también esgrimió sentirse «muy cerca» de no sentir dolor alguno.
Y Beverly
Este sábado, Curry tendrá el simulacro definitivo para poder entrar en los planes de su equipo sin que Steve Kerr desarrolle una adicción a la tila.
«Esperemos que mañana (por hoy), si no hay contratiempos, le probemos completamente en el entrenamiento y demos un día más de ritmo», dijo el propio Kerr.
Lo que sigue quedando claro es que por mucho que Curry se esté subiendo por las paredes, los Warriors no arriesgarán un ápice sus tobillos. Menos, contando con que el ‘juguetón’ Patrick Beverly estará por ahí revoloteando.