Los Oklahoma City Thunder visitan a los Golden State Warriors esta noche en el encuentro que enfrentará por primera vez a Russell Westbrook y a Kevin Durant en un partido de baloncesto profesional. Como no podía ser de otra manera desde que Durant abandonara Oklahoma City este pasado verano, los aficionados a la liga y periodistas de todos los medios de comunicación cubriendo la NBA marcaron esta fecha con un círculo en rojo en el calendario. El partido del morbo.
Muchas palabras se han escrito sobre la relación de Westbrook y Durant, compañeros en la NBA durante siete años y ahora protagonistas de una historia que ambos están tratando de manera muy diferente. Mientras Durant parece totalmente centrando en su nuevo equipo, el base está comenzando la temporada con una furia y un derroche estadístico sin parangón en la historia de la liga, como queriendo demostrar que él es mejor jugador sin Durant cerca.
«Jugar con estos chicos tan altruistas y generosos que disfrutan del baloncesto en su forma más pura es increíble. Hay un ambiente casi familiar», dijo Durant hace unas semanas, implícitamente dando a entender que en los Thunder no había esa clase de compañerismo. Westbrook respondió seco: «Muy mono, eso es muy mono. Mi trabajo es preocuparme de los egoístas que aparentemente tenemos en este equipo. Lo solucionaremos». Por si había dudas de si el base se había molestado con los comentarios de su ex compañero.
Los protagonistas
Por si no había quedado claro, todas las miradas estarán puestas en Russell Westbrook y Kevin Durant. Draymond Green, Stephen Curry, Klay Thompson o Steven Adams pasan hoy a un segundo plano.
Mientras Durant promedia 28 puntos y 9 rebotes por partido en este comienzo de temporada, Westbrook registra 38 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias. Un triple doble de promedio que sin duda le situaría como candidato al MVP a final de temporada si consigue mantener esos números y a la vez llevar a Oklahoma City Thunder a la lucha por los puestos nobles de Playoffs cuando la mayor parte de la liga los daba sin opciones tras la marcha de Durant.
«Juego cada partido como si fuera el último, cada partido igual, siempre. Como llevo diciendo todos estos años. Sin importar contra quién juguemos, yo saldré a la cancha con la misma actitud», dice Westbrook al ser preguntado sobre si será distinto enfrentarse a su ex compañero.
«Todas las cosas que he experimentado con esa franquicia y esa ciudad no se van a ir así como así. No siento nada más que amor por todo el mundo allí. Todo el mundo. Sin importar como se sientan ellos conmigo, yo apoyaré a toda Oklahoma City, a todo el equipo. Quiero que les vaya bien», explica un Durant dispuesto a enterrar el hacha de guerra fuera de la pista.
No se defenderán el uno al otro salvo en acciones aisladas tras bloqueos, pero el duelo está servido.
Factores fundamentales
Resulta complicado catalogar a Stephen Curry como factor y no como protagonista, más si cabe debido a que él será quien defienda a Westbrook junto a Klay Thompson. Es posible que Billy Donovan encargue a Oladipo la tarea de defender a Curry para aliviar un poco más el trabajo defensivo de su jugador franquicia, aunque es inevitable que tanto Westbrook como Curry se van a encontrar el uno contra el otro en varias ocasiones. Ese será el verdadero duelo del partido más allá del innegable interés que suscita el reencuentro entre Durant y el base de los Thunder.
Otro factor de máxima importancia para este partido será el cansancio. Los Thunder consiguieron batir a Los Angeles Clippers la pasada noche y estarán disputando el segundo partido de back-to-back, algo que suele marcar la inercia de los partidos en gran medida. Es por ello que, desde un punto de vista meramente competitivo, el partido pueda decantarse en favor de Golden State. Aunque Russell Westbrook no entiende de «meros tópicos» como el cansancio.
El pronóstico
La lógica dice que el Golden State Warriors debería ganar el partido con cierta solvencia. Sí, los Thunder van 4-0 y se han mostrado como un equipo más peligroso de lo que cabía esperar, pero jugar el segundo partido en dos noches y encima hacerlo en el Oracle Arena puede (y debe) ser demasiadas dificultades a las que sobreponerse. Sin embargo, hay algo místico en la manera en que Russell Westbrook está jugando al baloncesto este año y resultaría una insensatez cerrar los ojos a un fenómeno tan paranormal como real. Sin saber muy bien cómo, gana Oklahoma City.