Durante el segundo partido de la serie ante los Rockets, Stephen Curry se dislocó un dedo de su mano izquierda. Aunque este susto hizo saltar todas las alarmas en los Warriors, al final parece que la cosa ha quedado en menos de lo que parecía y el base del conjunto de Oakland estará, con casi toda probabilidad, listo para afrontar el game 3.
Tal y como informó Steve Kerr, Curry completó ayer el entrenamiento con el resto de sus compañeros, y las sensaciones no fueron malas del todo. «Ha hecho un entrenamiento entero. Probablemente se irá encontrando mejor en cuanto tengamos unos días más de descanso. Con suerte, el dolor irá remitiendo a medida que vayan pasando las horas hasta el partido», señaló Kerr.
En la sesión del jueves, Curry probó con intensidad el tiro. Quería chequear que el dolor no aparecía al efectuar la mecánica, situación que pareció completar con éxito. «Cuando pasan esas cosas no es nada divertido», explicaba Kay Thompson sobre las sensaciones que tiene el jugador cuando se disloca un dedo. «Conozco a Stephen, sé que estará. Tener un dedo dislocado es horrible, pero, con suerte, se logra que vuelva a colocarse. No es el fin del mundo. No es como cuando te afecta a los ligamentos o algo de ese estilo, lo que sí sería más complicado».
La lesión se produjo durante el primer cuarto de ese game 2 ante Houston tras una acción con Clint Capela. Curry se fue al vestuario, donde se le realizó rápidamente una prueba de rayos, siendo negativo el resultado. El base regresó al encuentro, logrando 20 puntos en 33 minutos.
(Fotografía de portada de Harry How/Getty Images).