Viendo el quinteto titular, resultaba difícil —en la no menos complicada tarea de vaticinar los ochos equipos que, concluidos los 82 encuentros de cada uno, estarían entre los ocho primeros— dejarlos fuera de Playoffs. Más aún teniendo en cuenta la gran temporada pasada, y nos preguntamos aún por un final distinto si John Wall hubiese sido de la partida en la serie contra los Atlanta Hawks.
Este curso comenzaba con el propio Wall entre aspiraciones de MVP, y de momento en el mes de febrero apenas era ubicado en el quinto lugar del perímetro de la Conferencia Este tras las votaciones para el All-Star Game. De todos modos, más allá de ese elemento subjetivo como es la valoración del aficionado sobre la calidad de Wall, hay una realidad constante y sonante: los Washington Wizards son décimos en su mitad del país, con un balance de 34-35 y en apretadísima pugna (a 1,5 partidos) por la octava y última plaza que da derecho a competir en postemporada —los Bulls son octavos (35-33) y los Pistons novenos (36-34)—.
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Un Este revitalizado
La cruda realidad. Quedan 13 partidos —más suerte para los supersticiosos— y el desastre es una posibilidad real. Porque además no sólo se suma una temporada relativamente mala de los capitolinos, sino que el Este se ha blindado como nunca y sus contendientes son de armas tomar. Porque misma realidad sufren algunos que se las prometían muy felices —Bucks—, flirtean con el abismo —Bulls— o no despegan ni por casualidad a pesar de los fichajes —Knicks— mientras otros renacen de la mano de su estrella —Pacers—, hacen piña —Hornets— o directamente ya no sorprenden a nadie y se ríen desde las alturas —sí, Celtics—.
Y claro, eso al point guard le tiene sin dormir. «Para ser honesto pienso en ello cada día», ha confesado para el Washington Post. «No deberíamos estar en esta situación de ninguna de las maneras. Deberíamos tener ya asegurada nuestra plaza en Playoffs. Deberíamos haberlo resuelto ya. Ahora luchamos por sobrevivir».
Wall, en estos momentos, es tan poco egoísta en sus declaraciones como en su forma de jugar. «Me da igual estar promediando 20, 10 o 5 puntos, y haber sido All-Star no significa nada para mí. Nuestro objetivo a principio de temporada era estar entre los tres o cuatro primeros. Hemos fracasado en eso. Pero aún tenenmos la posibilidad de jugar los Playoffs. A pesar de las lesiones, de haber empezado despacio la temporada, de haber defendido mal, creo que aún podemos lograrlo y plantar batalla en postemporada».
Lesiones e irregularidad
Para ser justos, más allá de una volatilidad en el juego que les hace candidatos a vencer a la excelencia y ser derrotados ante la mediocridad, las lesiones han mermado mucho a un equipo que ha visto a menudo sus alineaciones desdibujadas. Beal se ha perdido 23 partidos en lo que llevamos de campaña, Nenê Hilario —un mítico en esta sección— 22, y Alan Anderson apenas ha tenido nueve apariciones.
El fichaje de Markieff Morris parece que eleva el optimismo del conjunto de la capital, y Randy Wittman ha demostrado transformarse en un genio en el mes de mayo, aunque este curso no ha logrado todavía cogerle el pulso al small ball ¿Conseguirán el apretón de última hora y darnos la posibilidad de presenciar el verdadero potencial de estos Wizards en Playoffs?