Los Pelicans siguen empeñados en tener factor cancha en primera ronda. Con los Clippers transmitiendo dudas por delante y los Mavericks a un ritmo de caza infernal por detrás, los de Nueva Orleans tienen un incentivo doble para ir a por todas en la pelea por la cuarta plaza del Oeste, y lo evidenciaron en la visita de los Bucks al Smoothie King Center. El cuadro de Willie Green se impuso por 107-100, resultado con el que se reencuentra con la victoria y se sitúa a solo medio partido de la cuarta posición.
Los locales sustentaron el triunfo en un excelente segundo cuarto, en el que de la mano de C.J. McCollum y Jonas Valanciunas, que sumaron 11 puntos cada uno en este tramo, abrieron la ventaja de la que vivirían toda la noche. El 52-34 fijó unos 18 tantos de diferencia en el marcador se convirtieron en la máxima del encuentro, y aunque Milwaukee trató de remar durante toda la segunda mitad para cerrar dicha brecha, los Pelicans tuvieron siempre respuesta para cada uno de sus intentos.
Giannis Antetokounmpo, sin embargo, estuvo cerca de realizar la proeza con un tercer cuarto demoledor. El griego, que contó con pocos apoyos a lo largo de la noche, trató de cambiar el signo del encuentro anotando 20 puntos consecutivos, con los que cerró la distancia hasta el 74-71 e hizo creer a los visitantes. No obstante, esto solo sirvió para poner sobre aviso a los de Luisiana, y en concreto a un Zion Williamson que no estaba dispuesto a permitir la remontada.
El ala-pívot terminó el choque con 28 puntos, de los cuales 11 llegaron en un último cuarto en el que su agresividad atacando el aro y forzando faltas se tornó decisiva. Zion viajó 9 veces a la línea de personal, encontrando la forma de dar a los suyos una fuente constante de anotación cuando más apretaba la defensa de los Bucks. Sin un brillo excesivo pero con la consistencia que la situación requería, hizo al equipo conservar siempre un colchón y evitar que la distancia se cerrara más de lo necesario, lo que les permitió sumar con algo de tranquilidad su 45ª victoria del curso.
Giannis, ya exhausto tras su irrupción en el tercero, estuvo mucho más discreto en el último cuarto, en el que Damian Lillard trató de compensar su mala noche en ataque. El base sumó 10 de sus 20 tantos en el cuarto periodo, pero su llegada al partido fue demasiado tardía. Las cartas estaban echadas y el triunfo estaba ya prácticamente en propiedad de unos Pelicans que siguen dando motivos para la ilusión.
(Fotografía de portada: Chris Graythen/Getty Images)