Jason Kidd se echaba las manos a la cabeza y no era para menos. Larry Sanders, pívot de los Milwaukee Bucks, estuvo a punto de anotar en su propio aro tras un salto entre dos.
El center, preocupado únicamente de ganar el mencionado salto, se olvidó hasta de dónde atacaba y estuvo a nada de protagonizar la que hubiera sido, sin duda, una de las jugadas ‘tontas’ del año.