Una cicatriz, una mano inflamada y unos pocos partidos de baja, aparte de toda la trascendencia mediática, no iba a ser la única pasión que iba a tener que sufrir Blake Griffin. Estaba claro.
Sin saber todavía hasta que punto piensa la propia NBA intervenir de oficio, desde la cúpula de su equipo ya anticipan que habrá consecuencias, y duras. Steve Ballmer, dueño de la franquicia desde la temporada pasada, asegura que la acción de Griffin, por mucho que sea uno de sus timoneles en pista, no quedará impune. «Es necesario que haya consecuencias», aseguraba el magnate para Los Angeles Times. «Es lo correcto».
RELACIONADO: Los Clippers aún no han decidido el futuro de Griffin
Mientras Doc Rivers insiste en que hay que perdonar, hay rumores que indican que la salida del power forward es una opción que se estaría sondeando. Pues, a pesar de su excelso nivel que viene mostrando, especialmente desde el curso pasado, no solo el anillo sino incluso las Finales de Conferencia se le resisten a Los Angeles Clippers. El crochet de restaurante, podría ser el detonante de un cambio de rumbo a nivel deportivo en la franquicia.