Le salió rana, pues terminó jugando para los Oklahoma City Thunder, pero Chris Paul deseaba ser traspasado a los Milwaukee Bucks, según pudo revelar el periodista Ryen Rusillo en el podcast The Woj Pod.
«Pude saber que él quería a Milwaukee. Por supuesto, quería jugar con Giannis (Antetokounmpo)», podía destapar Rusillo sobre las intenciones del ex base de Houston el pasado verano.
Ciertamente, a Paul de momento se le han terminado las opciones que albergaba de poder ser campeón de la NBA. Con intentos infructuosos en los últimos dos años con los Rockets y a sus 34 primaveras, su llegada a unos Thunder en una especie de reconstrucción fulmina todas sus esperanzas de campeonato.
Tampoco hay que dar por hecho que Paul permanecerá toda la temporada en OKC, pues la entidad que pilota Sam Presti podría soltar amarras con el curso empezado si ve una buena oportunidad. Será más difícil que lo hagan si el equipo empieza a luchar por posiciones de playoffs, algo que tampoco es cien por cien descartable.
El principal escollo para traspasar a Paul será, como siempre, su voluminoso contrato: el base tiene que percibir todavía entre 38 y 41 millones de dólares en las próximas dos temporadas, para contemplar una opción de jugador por 44 en la 2021-22. Demasiado para que un aspirante al título le haga hueco en estos momentos. Ya no fructiferaron las negociaciones con Miami, que consideraba demasiado el botín que los Thunder pedían a cambio de desprenderse de tantos millones. Es más, los Heat deseaban ser compensados por asumir un contrato tan cuantioso… y en esas se perdió el acuerdo.
Marc Stein, del diario New York Times, vaticinó hace unos días que los Heat no tendrán más interés en Paul; menos si cabe tras la eclosión de los novatos Kendrick Nunn (grata sorpresa) y Tyler Herro. Por ello, una salida del veterano base, a Milwaukee o a donde fuera, es muy complicada en términos salariales. Le va a tocar comer techo, de lo lindo, en Oklahoma.
(Fotografía de portada: Alex Goodlett/Getty Images)