La auto-impuesta fase de meditación ha terminado. Derrick Rose necesitaba unos días para reencontrarse a sí mismo y tomar una decisión. En la bifurcación, ha ganado una vez más el baloncesto. Anunciamos a primera hora del día de ayer que el playmaker había mantenido el contacto permanente con los Cleveland Cavaliers durante su exilio y casi podíamos anticipar un retorno cercano. Ya tenemos plan de reincorporación.
Informa Adrian Wojnarowski de ESPN, que Rose ha cogido un vuelo a Cleveland esta misma mañana y que el primer destino en su agenda son las instalaciones de entrenamiento de su todavía equipo, los Cavs. Allí se reunirá con la plana mayor y el cuerpo médico de la franquicia, donde diseñarán la rutina para preparar su vuelta a la normalidad del día a día.
Un equipo en racha
Tras una temporada casi ausente de percances en New York, el ex MVP de 2011 parecía encarar el nuevo año, a sus 28, en una finura física no vista en mucho tiempo. La continuidad por fin le daba la cara. Sin embargo, poco nos duró la sonrisa. El 20 de octubre llegaba el primer esguince de tobillo y cuatro partidos de ausencia. Volvió fuerte, con cuatro choques de sensaciones reencontradas y dobles dígitos. El 11 de noviembre llegaba el segundo palo. Otra vez el tobillo lo volvía a noquear. Y en esta ocasión el K.O. era casi definitivo.
Ha sido una docena de encuentros en la que los Cavs se han desenvuelto a las mil maravillas sin su base titular y en los que Rose ha estado rumiando la pésima idea de la retirada. Ahora las aguas vuelven a su cauce, y a pesar de que en Ohio encadenan once triunfos consecutivos, seguro que celebran el retorno de un jugador que en buena forma, física y anímica, aún es capaz de aportar. Todavía faltan unas semanas para disfrutar a Isaiah, y el rey necesita un respiro.
Rose ha jugado 7 de 23 encuentros posibles esta temporada, con promedios de 14,3 puntos y 1,7 asistencias en 26,9 minutos. El equipo boga en una fantástica dinámica de resultados. El ambiente perfecto para la vuelta Rose.