Tener 39 años no es obstáculo para un superclase como Jason Terry. Pese a que se acerca el inicio de los training camp y ha pasado la agencia libre sin encontrar acomodo, este escolta formado en Arizona puede ver en breve como se confirma su presencia en la NBA una temporada más.
Hace unos días informábamos del interés de Milwaukee Bucks, conjunto que tras cortar a Spencer Hawes vería con buenos ojos cubrir ese hueco en el roster con Terry, pieza con la que ya contaron durante la campaña 2016-17 para disputar un total de 74 partidos. Con ambos en sintonía, parecía que el acuerdo podía anunciarse en breve; sin embargo, la entrada en escena de otro equipo ha cambiado el panorama.
Hablamos de los Minnesota Timberwolves. Tom Thibodeau, deseoso de cerrar su plantilla con un jugador que pueda aportar veteranía a un grupo repleto de talento, habría puesto sus ojos en Terry, informa Gery Woelfel.
El encuentro del que fuese nº10 del Draft de 1999 con la franquicia de Minneapolis va más allá de una toma de contacto, ya que con él se ha reunido directamente Thibodeau. Además, durante dos días estará entrenando bajo al supervisión de los técnicos de los Wolves.
Implacable desde el perímetro
Firmar a Jason Terry es firmar tiro exterior. Si dejamos de lado su temporada de rookie, Terry nunca ha bajado del 34,7% en triples. Lo más curioso es que lejos de perder puntería con los años, la ha afinado. El curso pasado, en Wisconsin, se fue hasta un 42,7% lanzando un total de 171 veces desde la línea de 7,25.