Klay Thompson, sin rebajas: 190 millones es la cifra

Y ya habría ‘Plan B’… y no sería con LeBron

Klay Thompson quiere seguir en Golden State Warriors, y los Golden State Warriors no quieren que Klay Thompson se vaya a ninguna parte. Las manos se acercan, predispuestas.

Solo un ligero e innegociable detalle mantiene en suspenso el apretón. Una cifra absolutamente inamovible. La que el escolta piensa cobrar, sí o sí, como condición no susceptible de ningún tipo de regateo. 190 millones es el máximo al que Klay aspira por una renovación de cinco años (38 por temporada), y 190 deberán ser si los aspirantes a three-peat no quieren que el dúo Splash y la triada con la que arrancó una dinastía edificada a golpe de Draft, se deshaga.

En realidad no traemos nada nuevo, si por nuevo referimos un giro de guión en los hechos. El 18 de octubre ya dimos la voz de alarma, y ahora Adrian Wojnraowski no viene sino a confirmar para ESPN que luz roja sigue encendida y centrifugando. No habrá rebajas.

No obstante, algo, una variable clave en paralelo, sí puede estar cambiando (o haber cambiado). En enero –merced a la época de vacas gordas que se anticipa fruto de los ingresos por tan impoluta trayectoria en playoffs y los beneficios que traerá su traslasdo a su nuevo pabellón, el Chase Center de San Francisco– Joe Lacob prometía tirar la casa por la ventana: máximo a Durant y máximo a Klay. El gasto total, de mantener a todas sus estrellas, rondaría los 575 millones de dólares (lo contamos en nuestro primer Extra). Un despilfarro sin precedente que se le acerque.

Durant, el ‘lambda’ de la ecuación

Pero lo que podría haber cambiado es la voluntad de seguir de Kevin Durant. Cada vez tiene menos pinta de rumor y más de verdad anticipada, que el ex MVP está decidido a dejar los Warriors tras esta temporada, y que los Knicks tienen muchas papeletas para ser su próximo destino. De ser así, el asunto se simplificaría rápidamente en temática de renovaciones: all-in por Klay Thompson.

Y así deberá ser. O, como desvela Woj, podríamos ver al shooting guard lanzando y metiendo triples con otra camiseta pero sin mudarse de California. No serían los Lakers. Tampoco los Kings. La suerte sonreiría al ‘pobre rico’, que diría el príncipe Juan.

Destino: L.A.

La suerte de la fea, la guapa la desea. Y los Clippers, el hermano pobre, malquisto y nada popular, el conjunto leproso y marginal de Los Ángeles… está de moda. Porque vienen de caer con orgullo en primera ronda. Porque cuentan con un entrenador contrastado. Porque son siete postemporadas de las últimas ocho posibles. Porque suena Kawhi Leonard; y porque sí –y si los Warriors no cuidan lo que tienen–… suena Klay.

(Fotografía de portada de Thearon W. Henderson/Getty Images)


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