La NBA aún medita restringir el acceso a la burbuja a los entrenadores de mayor edad

La NBA ha enviado a las franquicias una copia del protocolo que regirá el día a día de los equipos durante su estancia en Disney World. Un documento de 108 páginas en total que recoge diversos puntos y situaciones tales como la llegada de los equipos, la distribución del alojamiento, las actividades permitidas, las distintas fechas y plazos en los que ha sido dividida la burbuja, las herramientas de protección para evitar contagios y el modus operandi a seguir en caso de contagio por COVID-19, entre otros. Pese a la extensión del documento y la exactitud de la gran parte de su contenido, hay varios cabos que aún no han terminado por atarse del todo.

A principios del mes de mayo, una información procedente de ESPN evidenciaba las dudas de varios general managers de la liga acerca de aquellos entrenadores, asistentes o miembros del staff que, a raíz de su edad, podían ser considerados parte de un grupo de riesgo. Ya entonces Adam Silver declaró en una entrevista a la TNT que los entrenadores que hayan alcanzado los 65 años de edad podrían ser apartados de los banquillos durante la reanudación de la temporada para evitar males mayores. Sin embargo, el Comisionado de la NBA reculó en su postura tras una charla con Rick Carlisle y ante la negativa de varios entrenadores de no participar junto a sus pupilos, entre ellos Mike D’Antoni (69 años) y Alvin Gentry (65).

Sin embargo, la NBA no ha descartado esta medida y, según fuentes de ESPN, medita aplicarla en última instancia y evitar, así, que los entrenadores de avanzada edad formen parte del entorno preparado expresamente en el resort de Orlando.

El protocolo previamente mencionado incluye la posibilidad de designar a un jugador o miembro del personal como “protegido” si se considera que presenta un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave a consecuencia del COVID-19. La NBA también puede solicitar historiales médicos a los equipos para comprobar quién es más propenso a ser incluido dentro de esos grupos de riesgo. Si los médicos de la liga determinan que estos factores “presentan una amenaza directa para la salud si la persona participa en la competición”, la NBA puede restringir su participación en el campus.

En este caso, las franquicias disponen de un cuerpo de asistentes lo suficientemente amplio y numeroso como para sustituir a alguno de los técnicos señalados. Aún desencadenando en banquillos ‘descafeinados’, esta medida permitiría que potenciales candidatos al puesto, como es el caso de Becky Hammon o Tim Duncan en San Antonio, disfrutaran de una oportunidad inmejorable para demostrar su valía.

(Fotografía de portada de Takashi Aoyama/Getty Images)


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