Con el quinteto titular más que apuntalado (a falta de saber quién será su ‘5’) Golden State Warriors se concentra en perfilar su banquillo. Ayer sonaba Nick Young como posible comodín anotador, pero ante el interés creciente de otros tantos equipos, los de La Bahía amplían su rango y se fijan en otro tirador de alcurnia: Jamal Crawford.
Impasible, como siempre, ante el paso del tiempo, Crawford sigue siendo un titán desde la suplencia a sus 37 años. Este año no ha entrado en la disputa por el galardón a Mejor Sexto Hombre, pero sigue estando aún en el bombo de los candidatos. Este curso, con la camiseta de los Clippers —franquicia en la que lleva ya cinco temporadas— ha promediado 12,3 puntos y 2,6 asistencias en 26,3 minutos, habiendo sido además la primera vez en sus 17 años de carrera que disputa los 82 partidos de temporada regular.
El shooting guard, de concretarse la operación que terminaría con el italiano Danilo Gallinari en L.A., sería traspasado a los Hawks, equipo con el que negociaría inmediatamente su buyout para convertirse en agente libre sin restricciones.
«Sacrificio» económico
Entonces, justo ahí, entrarían los Warriors, con una oferta deportiva insuperable, poniendo ante el veterano escolta una oportunidad única para engarzarse su primer anillo de campeón de la NBA antes de retirarse.
Según ESPN, los Warriors invertirían en el escolta su mid-level exception por valor de 5,2 millones de dólares. Una cantidad suficiente para un jugador que ha amasado durante su carrera 135 millones en contratos. Y es que a la hora de ponderar dinero y triunfos, tras casi dos décadas de baloncesto profesional, le seduce más lo segundo.