Horas antes de que los Nets cerrasen el traspaso de James Harden, los 76ers se habían situado como la franquicia favorita para hacerse con los servicios del MVP de 2018. En las oficinas de Philadelphia estaban listos para enviar a Houston a Ben Simmons, varios jóvenes y rondas del draft. De hecho, el propio Simmons ya se veía cambiando Pensilvania por Texas. Sin embargo, una importante figura emergió a última hora para echar por tierra la operación.
Según el periodista de Yahoo Sports Chris Haynes, Tilman Fertitta, propietario de los Rockets, llamó al general manager Rafael Stone e insistió en que no cerraría ningún acuerdo con Daryl Morey. Fertitta y él tuvieron sus diferencias mientras ambos compartían despachos en Houston y el orgullo ha terminado por imponerse a la lógica de un movimiento que no pintaba nada mal para los intereses de la franquicia.
Morey renunció a su puesto de general manager de los Rockets tras finalizar la pasada temporada para, aparentemente, pasar más tiempo con su familia. Pero, como había predicho Fertitta, el ejecutivo aterrizó en Philadelphia poco después. Posteriormente sería multado por tampering por felicitar a Harden tras cumplirse el aniversario de su récord histórico de asistencias con la camiseta de los Rockets.
Esta situación nos obliga, pues, a hacernos una pregunta: ¿Rafael Stone verdaderamente prefirió la oferta de los Nets sobre la de los 76ers o simplemente se vio obligado a obedecer órdenes de su superior? No sería la primera vez que Fertitta posa sus manos sobre el departamento de operaciones para imponer su criterio. Si esto ha supuesto un grave error o no lo terminará dictando el paso del tiempo.
(Foografía de portada de Bob Levey/Getty Images)