¿Casualidad que los Memphis Grizzlies posean el mejor récord de la NBA tras casi un mes de competición consumido? ¿Cuestión de tiempo? ¿Durará hasta el final de temporada?
Las tres cuestiones acuden a una identidad personal –nombre y apellido– para encontrar respuesta: Marc Gasol. Marc Gasol. Y Marc Gasol. Hasta tres veces. Más de las que su equipo ha sacado la bandera blanca esta temporada –solo dos derrotas por doce victorias–.
El pasado año, Marc solo jugó 59 partidos y en Tennessee casi no entran en Playoff. Este curso, con él sudando desde octubre, son el mejor equipo de la NBA.
La ecuación es simple, cuando el pívot español funciona a pleno pulmón, los Grizzlies hacen temblar toda la costa estadounidense.
Esta temporada, a su perfecta comunión y regularidad en todas las variables del juego –asiste, anota, rebotea, dirige, defiende, lidera, organiza… y un extenso etcétera–, Marc ha unido una eclosión anotadora sin precedentes en sus seis años en la NBA.
Más de cinco puntos
Hasta este noviembre, la obra culmen del español fueron 14,6 puntos de media por ejercicio –2011-12 y 2013-14–. Y ahora su tarjeta acaricia los 20 tantos de promedio —19,9–.
El mamporro encima de la mesa que eso supone es fácilmente comparable a lo que está haciendo Anthony Davis, para muchos ya justo benefactor a pelear por el MVP: de 20,8 a 26, 3 tantos. Sobre la perspicacia de ambos ondea, casi en la misma medida, el gen ganador de sus respectivos conjuntos. La diferencia es clara: los Grizzlies presumen de velocidad (12-2) mientras que los Pelicans aún quieren llegar a la autovía (7-5). Aunque también hay que ser indulgente con un líder de solo 21 años y una entidad recién forjada.
¿Está Marc ante la edición irrepetible que todo gran jugador tiene alguna vez de ganar un campeonato? Se puede pensar que sí. Aunque con su inclinación actual hacia la excelencia, no será la última, seguro.