Celtics: el Big Three y más allá

…Y a todo esto los Celtics están a tres victorias de unas nuevas Finales de la Conferencia Este. Que levante la mano quien lo predijera en el mes de Diciembre. Pocas o ninguna.

Tras el brillante triunfo en forma de remontada en el Game 1 de las semifinales del Eastern contra los Sixers del pasado sábado, los C’s siguen gestionando su “momento” con la misma maestría con la que se deshicieron de Atlanta en la primera ronda.

Y de la misma manera: sistemas ofensivos estancados en los primeros cuartos con demasiados tiros fallados, esforzándose después para mantenerse vivos en el partido al descanso, durmiéndose de nuevo al final de los terceros cuartos e, incluso, iniciados ya los últimos, y sabiendo anotar en todas las jugadas finales para acabar llevándose la victoria.

Porque si por algo se caracterizan estos Celtics es por saber cerrar los partidos. Saber anotar en el momento en que hay que hacerlo, cuando la moneda de los mismos ya está en el aire. O dicho de otra forma, saber ganar. Cuántos equipos, incluso mejores sobre el papel que Boston, están ya fuera de la lucha por el anillo por no tener esa cualidad.

Y en gran parte, todo gracias al núcleo que todavía forman Paul Pierce, Ray Allen y, sobretodo en estos Playoffs, Kevin Garnett. Dicho lo cual, queda claro que Danny Ainge debe autoconvencerse, y hacer todo lo que se tenga que hacer para asegurar la continuidad del Big Three para que, la temporada que viene, sea la de una nueva oportunidad al anillo, sea lo que sea que acabe sucediendo en ésta.

Los 13 puntos, 12 rebotes, 17 asistencias y 4 robos de Rajon Rondo en el Game 1 contra Philadelphia definen, si es que sus números de la temporada entera no lo habían hecho ya, el porqué de la “muerte” del Big Three y el “nacimiento” instantáneo del Big Four en el TD Garden. Pero como éstos pueden ser los últimos días/semanas de lo que se conoce como Big Three desde la temporada del último anillo verde 2007-08, vamos a continuar con tal denominación para los propósitos de esta columna.

No hace ni un mes, la posible salida del equipo de Allen y/o Garnett, con el consecuente crecimiento del espacio salarial de los Celtics y la búsqueda de joven talento que permitiera la mejor transición posible, parecía un hecho. Ahora, en cambio, parecería un tremendo error tal acción. O al menos, una enorme insensatez no poner sobre la mesa sendos contratos de renovación por un año prorrogable a otro más tanto para Allen com para Garnett por, pongamos, 10M$ para cada uno. Y lo que quede entonces en la caja, usarlo para tratar de atraer una no menos necesitada profundidad de banquillo en el frontcourt, e intentarlo de nuevo.

Los tobillos de Ray Allen están machacados. Garantizado. De hecho, son la causa de que el jugador se haya perdido 20 partidos durante la regular season, más otros dos de la serie de primera ronda contra los Hawks. Pero Allen todavía puede jugar, es más, ser decisivo. Legendaria es su reputación de excelente profesional que cuida su herramienta de trabajo (léase, su cuerpo) de forma sobresaliente. Por ello, y con una eficiente combinación de trabajo y descanso durante este próximo verano, nada puede impedir que vuelva el próximo curso siendo lo que ahora es, un eficiente anotador exterior con 25-30 minutos por partido. O nada debería, Mr. Ainge. Valgan los 12 puntos, 3 rebotes y lo más importante, el +17 cuando estuvo Allen en pista en el Game 1 ante los Sixers en 33 efectivos minutos.

Y luego viene Kevin Garnett, que en los siete partidos que Boston lleva en estos Playoffs ha estado a un nivel añejo, fuera de este mundo. Sin exagerar, quizá el MVP de lo que va de post-temporada. 57% de acierto en tiros en los últimos cinco encuentros, incluyendo un 10 de 19 en el último partido contra Altlanta y un 12 de 20 en el primero ante Philadelphia. Su box score en estos dos últimos encuentros viene con la máquina del tiempo desde el año 2004: 28 puntos, 14 rebotes, 5 tapones y la canasta decisiva en el Game 6 ante los Hawks; 29 puntos, 11 rebotes y 3 tapones en el partido que abrió la serie contra los Sixers.

Puede que Garnett divise ya el final de su particular (y exitoso) trayecto con los Celtics sea cuando sea que éstos caigan eliminados en estos Playoffs, y pretenda ponerse en el mejor y mayor escaparate posible para un todavía cuantioso último contrato. O puede también que todavía esté lo suficientemente hambriento, comprometido y dedicado como para demostrar al equipo que le dio su único anillo que todavía tiene piernas como para jugar a altísimo nivel durante un año más. Esta semana Kevin Garnett cumple los 36… y lo hace jugando como si tuviera 26.

Pero, ¿y si llegan lesiones o la evidente falta de profundidad en el roster Celtic atrapan al equipo en algún momento entre ahora y mediados de junio?. ¿Querrán entonces dos inagotables competidores como Ray Allen y Kevin Garnett volver a intentarlo el año que viene todavía vestidos de verde?.

Sea cuando sea, el final de la era del Big Three llegará a Boston algún día. Sea cuando sea, simplemente no será beneficioso para la franquicia seguir confiando en este orgulloso grupo de veteranos. Y ese día, puede ser la semana que viene.

Pero mientras tanto, los resultados dicen otra cosa. Dicen que con Rondo liderando el juego en la pista y Doc Rivers haciéndolo desde el banquillo, Allen, Garnett y Pierce no tan solo pueden seguir jugando, sino que pueden hacerlo de forma eficiente y efectiva. Incluso lo suficientemente bien como para alzar la 18º bandera en el TD Garden de Boston.


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