El debate entre el voluntarioso Chris Bosh y su franquicia ha terminado: el jugador no volverá a vestirse de corto, al menos durante los actuales Playoffs.
Bosh había mostrado recientemente su deseo de volver a la acción para ayudar a Miami Heat en las rondas finales del Este donde, tras eliminar a los Hornets, han empezado con buen pie ante los Raptors su lucha por reencontrarse con la historia.
Amparado en una segunda opinión médica y con el apoyo de su mujer, el jugador ha topado con la negativa de sus superiores, que prefieren mantener la cautela y sostenerse en toda precaución a la hora de tratar con los coágulos que ya provocaron un susto en el curso 2014-15 y que han vuelto a privarnos de su juego en el 2015-16.
Breve comunicado en plural
«Miami Heat y Chris Bosh anuncian que Chris no jugará en lo que resta de los Playoffs de la NBA 2016. La franquicia, Chris, los doctores y el equipo médico han estado trabajando juntos durante el proceso y continuarán haciéndolo para que Chris vuelva a jugar al baloncesto lo antes posible».
La redacción del comunicado invita a pensar que, con mayor o menor resignación, Bosh ha terminado por aceptar la postura más conservadora, que al mismo tiempo parecer ser la más lógica cuando está en juego una vida.
La gran temporada de los de Erik Spoelstra, las semis del Este ante su antiguo equipo, la posibilidad de volver a pisar unas finales de conferencia y de poder llegar a reencontrarse en ellas con LeBron James, la enésima juventud de Dwyane Wade tirando de los suyos, una de las últimas opciones de soñar con la gloria…
Muchos son los motivos que habrán llevado a Bosh a implorar un retorno tan peligroso a las canchas. De momento, tendrá que seguir animando a sus compañeros desde fuera y motivándoles con el mismo espíritu que le impide quedarse sentado.