Aunque Stephen Curry siga enfundándose la americana a la hora de jugar, los Warriors están muy cerca de su plena emancipación. Ya no le necesitan para decapitar rivales.
Esta noche, el equipo de la Bahía liquidó a los Portland Trail Blazers (118-106) en el primer cuarto y sofocó las opiniones escépticas cuando el base no sujeta el fusil. Son mucho más que un MVP en sus mejores días.
Pero vayamos a la explicación, no al final del capítulo. La victoria de Golden State en el primer encuentro de las semifinales de conferencia podría encontrar una misma síntesis sencilla: defensa, defensa y defensa, más talento muy demócrata en ataque.
Los Warriors arrollaron a Portland durante el primer cuarto: más 20 y 37 puntos anotados en solo 12 minutos. Los adolescentes Blazers se amilanaron en el Oracle Arena y eso bastó para, en un cuarto, convertirse en polvo para el resto del partido.
Defensa marcial y pasillo para que Klay Thompson cogiese la antorcha en ataque. Grandes (y duros, como siempre) bloqueos de Andrew Bogut lanzando la actuación del escolta. Además, Bogut completó una formidable labor en defensa y desde la pintura de los Blazers.
Siete triples
Pero el importante fue Thompson. Terminó con 37 puntos, a los que añadió 5 asistencias. El mayor iluminado de su equipo y de todo el partido en una actuación descomunal.
También hay que destacar, nuevamente, los siete triples (7 de 14) que por tercer partido consecutivo en Playoffs consiguió firmar Klay Thompson.
Blazers, blandos
Los Blazers duraron entre nada y medio cuarto. En el segundo período consiguieron arrimarse a diferencias de 10 puntos, pero la distancia mental era como al principio. Nunca fueron una intimidación real para los Warriors y su defensa hizo pasillo para el lucimiento local.
Mucho que mejorar en defensa para Portland y una noche de resaca en Damian Lillard (8 de 26 pese a sus 30 puntos) y C.J. McCollum (5 de 17). Al final, consiguieron disimular el resultado pero el daño inicial ya les había roto.
Livingston y Green
Y Golden State consiguió el ‘jaque pastor’, ya decimos, sin notar la baja de Curry. Responsabilidad de todos y especial de Shaun Livingston (6 asistencias y 12 puntos), que sin el MVP en pista muda en ese base titular que solo por estar en los Warriors no es un hecho.
Enorme labor, como si fuera novedad, también de Draymond Green: triple-doble de 23 puntos, 13 rebotes, 11 asistencias.
Con Green en múltiplos de tres, un Bogut veinteañero, Klay Thompson camuflado de número ’30’, la inteligencia de Livingston, un banquillo de cinco jotas… los Warriors arrasaron por un sinfín de argumentos.
Queda claro, pues, que son mucho más que Stephen Curry. Sin su líder pero conjuntamente afinados para la sinfonía de casi siempre, también son un equipo capaz de barrer en menos de un cuarto.