¿Algo está cambiando en Brooklyn?

Sin los recursos suficientes para arrollar a sus rivales, Brooklyn están logrando un imposible todavía mayor. Madurar (y ganar) desde donde más cuesta: la defensa

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Por Enrique Bajo

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Vamos a sobrerreacionar con algunas estadísticas mensuales de los Brooklyn Nets y su situación respecto a las demás franquicias de la NBA.

Rating defensivo de octubre: 129,1 (30º)

Rating defensivo de noviembre: 119,9 (26º)

Rating defensivo de diciembre: 102,3 (2º)

La mejor defensa en el global de la temporada –para sorpresa de nadie– es la de Oklahoma City Thunder, con 103,2 puntos recibidos por cien posesiones. Los Nets de últimamente se mueven en esas aguas. Y fruto de esta mejora, están empezando a llegar algunas victorias. De sus ocho últimos compromisos, los de Jordi Fernández se han impuesto en cinco.

Anoche, nada menos que los Toronto Raptors fueron la nueva muesca en el cinturón (96-81) para el que ha sido el partido con anotación más baja de la temporada (177 puntos totales) empatando con el Warriors – Clippers de finales de octubre. Y los 81 puntos en los que dejaron a los canadienses son, también, la puntuación más baja para un adversario desde los 79 de los angelinos.

“Simplemente, estamos haciendo lo que mejor sabemos hacer”, explica Nic Claxton, su puntal en la pintura. “Nuestra defensa ha sido bastante sólida este último mes. Ha sido realmente buena. Así que solo tenemos que seguir avanzando en la dirección correcta. Tenemos muchos defensores versátiles. Todavía tenemos muchas áreas que podemos mejorar, pero tenemos que seguir adelante”.

“Defensivamente empezamos muy mal (la temporada). Estábamos muy flojos y no ejecutábamos muchas de las cosas que queríamos. Ahora sentimos que hemos encontrado el ritmo: somos más físicos, nos comunicamos mejor, encadenamos buenas acciones y hacemos jugadas que ganan partidos», fue parte de la reflexión de Jordi Fernández tras tan contundente y reveladora forma de vencer a su rival.

Nadie lo vio venir

Brooklyn, en esta evolución que a todos nos ha cazado a contrapié, está pasando de ser una defensa reactiva, constantemente llegando tarde a las ayudas, a un equipo que anticipa, enfrenta y castiga cada error de su oponente.

El cambio se aprecia tanto en la protección del aro como en la defensa del perímetro, con mejores closeouts, menos concesiones en transición y una mayor capacidad de provocar el atasco ofensivo rival, fruto del afinamiento en sus peel switch (velocidad en los relevos defensivos de segunda y tercera línea), partiendo todo de la máxima más complicada de sostener a lo largo de un partido: la concentración. Niveles altísimos de concentración que, poco a poco, van derivando en los automatismos que afloran un sistema identificable. En este caso, unos Nets que, súbitamente, defienden bien noche tras noche.

Ya están ‘todos’

Y cerramos con el contrapunto ofensivo a una pieza de perfil numantino.

Nolan Traoré, el rookie que Jordi aún guardaba en la recámara y al que ha preferido ir fogueando en la G League, ya está en camino de ser uno más.

22 minutos anoche del jugador francés como guinda al estupendo sabor de boca con el que los Nets encaran el cierre de un 2025 que, apenas unas semanas atrás, solo apuntaba a amargor y derrota.

(Fotografía de portada de John Jones-Imagn Images)

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