Allí estaba el comisionado intentando representar los intereses de socios y dirigentes durante su tradicional rueda de prensa con motivo del All-Star. El desenlace aún estaba demasiado cerca en el tiempo como para poder evitar la pregunta sobre el traspaso entre Sixers y Nets por Ben Simmons y James Harden. Más concretamente la cuestión apuntaba a la preocupación por la forma en la que los jugadores habían hecho uso de su posición de poder para lograr el cambio de aires deseado.
En su respuesta se podía vislumbrar el nerviosismo de toda una liga. Sobre todo de sus ejecutivos. Silver venía a decir que la proliferación y radicalización de este tipo de conductas creaban una gran incertidumbre en el seno de las franquicias, desamparadas por normativas presuntamente dispuestas para asegurar que situaciones como estas no sucedan.