Un 4 de julio atípico y demasiado tranquilo en la NBA

El 4 de julio es una de las festividades más importantes del año en Estados Unidos. Es la fecha en la que todo el país celebra su Día de la Independencia, evocando a aquel lejano 1776 cuando la incipiente nación se separó del Imperio Británico.

El 4 de julio es también sinónimo para todos los estadounidenses de banderas americanas, barbacoas, piscinas y fuegos artificiales, pero en el mundillo NBA llevaban varios años con un 4 de julio diferente, poco festivo. Un 4 de julio pendientes del teléfono.

En los últimos años son muchos los ejemplos de estrellas de la Liga que o bien decidieron ese día su futuro profesional o bien aún lo seguían meditando, lo que hacia inevitable que cada 4 de julio la gran mayoría de agentes, directivos, propietarios, jugadores y periodistas relacionados con la NBA estuvieran trabajando, cada uno pendiente de lo suyo y lejos de familias, amigos y piscinas.

En 2014 era LeBron James quien traía en vilo a todos. Se especulaba con la posibilidad de que el alero de Akron estuviese valorando salir de Miami, lo que hizo saltar todas las alarmas. Muchos equipos llamaron a su puerta, Pat Riley trató de negociar a la desesperada y en Cleveland aguardaban con una mezcla de incredulidad y esperanza. No se concretó nada de ese día ya que James no hizo públicos sus planes de regresar a los Cavaliers hasta el 11 de julio, pero fue suficiente para arruinar el 4 de julio a muchas personas.

En 2015 se inició la costumbre de que un gran jugador decidiese su futuro el 4 de julio. Durante los tres días anteriores jugadores importantes como Anthony Davis, Kevin Love, Jimmy Butler, Draymond Green, Damian Lillard y Kawhi Leonard acordaron nuevos contratos que aún se mantienen vigentes, pero seguíamos pendientes de Marc Gasol, quedaba por desvelarse el affaire DeAndre Jordan y saber qué ocurría con uno de los agentes libres más perseguidos. LaMarcus Aldridge había sido cortejado hasta por nueve equipos, incluidos los Lakers y la carga mediática que ello conlleva, para que finalmente fueran los Spurs los que se llevasen el gato al agua gracias al buen hacer negociando de Gregg Popovich. Tras mucha incertidumbre Aldridge decidió… el 4 de julio.

¿En 2016? El 4 de julio de 2016 podemos asegurar que fue el mejor y peor 4 de julio de la historia de la NBA y será difícil que veamos algo igual. Aquella jornada, tras reuniones durante los tres días anteriores con cinco equipos diferentes, Kevin Durant y los Warriors rompieron todos los esquemas de la Liga cuando el alero optó por unirse al equipo de las 73 victorias en una sola regular season. Fue una locura. Aquello desencadenó un torrente de movimientos y reacciones que, evidentemente, dejó el 4 de julio en segundo plano porque la NBA requería la atención de todos.

En 2017 el turno fue para otro alero. Raza blanca tirador. Gordon Hayward se debatía entre Jazz y Celtics cuando a primera hora de la mañana norteamericana del 4 de julio se filtró que había elegido Boston. Lo desveló un periodista, Chris Haynes de ESPN, pero pocos le creyeron porque desde el entorno del jugador se dijo que no, que aún no se había decantado por oferta alguna. Incluso los Jazz dijeron que seguían esperando la decisión. Siete horas después de aquello, tras no dejar de mirar a las pantallas, por fin se supo que sí, que Hayward se iba a Boston. Lo mismo que al principio de la jornada, pero tras un 4 de julio perdido pendientes de la confirmación oficial.

Así que llegamos a 2018 y parece ser que los jugadores se alinearon en una idea: el 4 de julio sería un día de fiesta, tranquilo para todos. Chris Paul, Nikola Jokic, Kevin Durant y Paul George renovaron en el primer minuto de agencia libre y DeAndre Jordan se marchó a los Mavericks casi al mismo tiempo. Para más inri no habían pasado ni 24 horas de mercado cuando LeBron James alteró la NBA al saberse su decisión de marcharse a los Lakers y el 3 de julio quedó dedicado y bautizado como el día DeMarcus Cousins. El pívot se unió a los Warriors y la NBA implosionó.

Así, con la resaca emocional por LeBron y Cousins, el 4 de julio de 2018 pasó como si la NBA hubiese dejado de importar. Un único fichaje —Amir Johnson— y tranquilidad máxima. Por fin no había que estar pendientes de la decisión de la estrella o estrellas de turno, porque los más notables ya habían encontrado destino y los Spurs no tenían prisa alguna en negociar por Leonard. Ya habría tiempo para los agentes libres restringidos de importancia y para que las franquicias completasen sus plantillas con los muchos huecos que aún quedan por cubrirse. Pero eso sería a partir de hoy, del 5 de julio.

En 2019 será diferente

Kevin Durant, Kawhi Leonard, Kyrie Irving, Kay Thompson, Jimmy Butler, DeMarcus Cousins, Marc Gasol, Kemba Walker. Todos ellos serán o tendrán la opción de ser agentes libres a partir del 1 de julio de 2019. ¿Se habrá decidido el futuro de esos 8 jugadores antes del 4 de julio de 2019? Seguramente no.


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