Harden llegó ‘muerto’ a la recta final

Tres faltas, 0 puntos y 0/4 en triples. Esa fue la hoja final de James Harden en su último cuarto de esta temporada. Si los Rockets tenían alguna esperanza de dar la vuelta al partido de semifinales ante los Spurs, a la altura del tercer cuarto se vio que no iba a ser por obra y gracia de La Barba, fundido en los tramos finales del quinto y del sexto partido. Ya saben, cuando fallan las piernas, la mente tampoco funciona. Y viceversa. Es todo un conjunto de agotamiento que, si bien no explica completamente la eliminación de Houston a manos de San Antonio, sí ilustra lo solo que ha estado la estrella de los Rockets durante buena parte de la temporada.

Después de caer ante su gente por 39 puntos (75-114) e irse inmediatamente de vacaciones, Harden explicó que todo había caídos sobre sus hombros, que él asumía toda la responsabilidad de guiar a los Rockets lo más lejos posible. Y esos hombros llegaban ya trastocados a los playoffs, tras una extenuante Liga Regular. Y esos hombros quedaron liquidados en la serie contra los Spurs.

Si acudimos a los datos generales de las semifinales del Oeste, Harden no se ha ido mucho de sus porcentajes en tiros de campo (41%) ni ha variado el número de pérdidas por partido, faceta negativa muy habitual en su hoja de servicio. Pero es ilustrativo cómo estuvo sobre la pista el californiano en los momentos decisivos del quinto partido. Y en todo el sexto duelo.

Triple-doble estéril

Sí, es una de las imágenes de los playoffs. El tapón de Manu Ginobili sobre Harden en el citado quinto choque. Ese tapón que dio el triunfo a San Antonio, que puso el premonitorio 3-2 y que dejó a Harden con un triple-doble inservible. Nada de sus 40 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias se cimentó en esa prórroga, donde llegó roto, con la lengua fuera. Sumó 2 pérdidas y un dañino 0/3. Sólo restó para los Rockets, apagados sin la luz del faro que les había iluminado desde octubre, dentro de esa carrera preciosa, pero mortal, que paralelamente había disputado con Russell Westbrook. El resultado de esa afrenta individual, de ese MVP, lo sabremos el 26 de junio. Ahora lo que conocemos es que Westbrook ya pagó la factura de su monumental temporada con unos últimos cuartos muy fallones ante los Rockets. En esa primera ronda de playoffs, Harden salió vencedor, pero más desgastado todavía.

Borrado en el último partido

Y no por intención propia. No. Harden no se borró del sexto encuentro, del 75-114 contra unos Spurs sin Kawhi Leonard. Nada de eso. Le borraron las circunstancias, el peso del cansancio, la poca claridad de ideas que ya había aflorado en el tiempo extra del quinto partido. En el sexto, Harden tardó un cuarto y medio en lanzar por primera vez a canasta. La noche pintaba a tragedia deportiva, según los de San Antonio avanzaban cómodamente por la pista, sin oposición, ante unos Rockets sin empuje, sin vida, sin Harden.

Mediado el tercer asalto, con 50-73 en el electrónico, Harden ejecutaba su segundo triple de la noche y dejaba la desventaja en unos imposibles 20 tantos de distancia. Esa iba a ser la última canasta en juego de La Barba, que añadió dos tiros libres en este tercer cuarto para cerrar, ya sí, su hoja estadística de anotación con sólo 10 puntos. Ese es su registro mínimo de la temporada y el segundo peor en playoffs desde que llegara a los Rockets en 2012.

El cuarto periodo empezaba con 64-87. Aquí la paliza de San Antonio se terminó de consumar, con un elocuente 10-27 de parcial. ¿Qué hizo Harden? No se le puede acusar de esconderse. Peleó, miró el aro, pero fue todo erróneo. Tras 92 partidos y más de 3.350 minutos , se acababa la temporada para él. Antes de ser expulsado por faltas cuando restaban tres minutos para cerrar la noche, Harden había firmado un 0/4 en triples, para ese 2/9 en total. Acababa el curso con una última actuación que no hace justicia al año deportivo que ha jugado: 66,7% en tiros libres (cuando su media ha sido 84,7%) y 18,2% en tiros de campo, cuando en la Liga Regular firmó un 44,0%.

Otros datos que ilustran el cansancio de Harden, aunque él no puso esa excusa para explicar la sucesión de acontecimientos: en los playoffs¸ prácticamente penetraba 20 veces por partido, pero el jueves lo hizo en 11 ocasiones. No había frescura, no había piernas, no había ritmo. Harden corrió a una velocidad media de 3,36 millas por hora (5,4 kilómetros por hora), la más baja de cualquier jugador que hubiera disputado al menos diez minutos en ese sexto choque. Si nos vamos a datos más generales, extraídos de NBA.com y reflejados por ESPN, Harden corrió a un ritmo de 6 Km/h en la Liga Regular, algo que redujo a 5,4 Km/h  en las eliminatorias por el anillo y que terminó de dejar por los suelos con esos 5,4 Km/h en la noche de jueves.

Descansará más en el futuro

«Pararé cuando esté acabado. Mike (D’Antoni) sabe que no me puede venir a mí con el tema de los descansos», aseguró en un momento de la temporada Harden, en aquella polémica sobre si era necesario o no que las estrellas de los equipos no jugasen en algunas citas para guardar energías, a pesar del perjuicio que eso podría suponer para los fans y para la NBA. The Bear se jugó hasta los recreos, no paró nada más que en 1 de los 82 encuentros. Lo hizo en abril, tras 76 presencias consecutivas y forzado por un problema viral agudo. En 2015 llegó a los playoffs con un 81/82 en Liga Regular; en 2016, con un pleno de 82/82. Es decir, Harden se ha perdido sólo 2 partidos de los últimos 246 de Regular Season, el 0,8% del total. En los planes de los Rockets está que su mejor hombre baje el pistón de cara a la 2017/18.

Houston, eliminado. Entraba dentro de la lógica, más si tenían como rival a los eternos Spurs. Pero el agotamiento de su hombre franquicia impidió dar pelea en el round final. Lo pagó Harden y lo pagó, en cierta manera, el espectáculo.


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