La posición de alero es la que más dudas genera en el seno de los Cleveland Cavaliers. Isaac Okoro emerge como la gran apuesta de la organización tras ser seleccionado en la quinta posición del draft de 2020 pero todavía no ha logrado asentarse del todo. De ahí que la gerencia decidiese explorar el mercado durante el ‘trade deadline’ de cara a reforzar dicho puesto a pesar de que, finalmente, no realizasen ninguna operación. No obstante, se espera que vuelvan a la carga en verano.
Por supuesto, en las oficinas de Ohio sabían a lo que se enfrentaban cuando lo reclutaron. Los diversos informes de scouting y portales dedicados a cubrir el draft describían a Okoro como un excelente defensor con un conjunto de habilidades idóneo para el moderno juego multi-posicional. A su vez profundizaban en la que sigue siendo su mayor debilidad: la fiabilidad de su tiro en suspensión.
El alumno de la Universidad de Auburn ha mostrado destellos a lo largo de su carrera, pero sin recopilar un rendimiento sostenible en el tiempo en el tiro. Esta carencia ha tenido una consecuencia directa sobre la relevancia dentro del sistema de J.B. Bickerstaff: la pérdida de la titularidad durante el primer tramo del curso en favor de Caris LeVert y el descenso de su media de minutos respecto a sus dos primeros años en la liga. De hecho, los 32,4 minutos de la temporada 2020-21 dieron paso a los 29,6 de la 2021-22 y, finalmente, a los tan solo 21,4 minutos de la actual.