A pesar de las bajas de Kristaps Porzingis, Rudy Gobert y Mike Conley; Boston Celtics y Minnesota Timberwolves se empeñaron en darle lo esperado al espectador. Los dos líderes de sendas conferencias libraron una batalla de tú a tú que se terminó definiendo en los últimos instantes y que necesitó de una prórroga para conocer veredicto. Es ahí, en el clutch (últimos cinco minutos de partido con una diferencia igual o menor a cinco puntos) donde unos Celtics en velocidad de crucero hallan sus únicas dudas más allá del apartado de la salud.
Los de Massachussets están resolviendo sus victorias con 14,9 puntos de ventaja media. Lo normal es que su torrente ofensivo, guiado por un altísimo volumen de triples, acabe desbordando al rival antes de batirse el cobre en el alambre. Sin embargo, los partidos apretados siguen siendo una materia pendiente haciendo caso a lo visto en los últimos tiempos. Con especial atención a los playoffs, donde muchas veces han sido una moneda al aire en este tipo de tesituras. Este año los Boston celtics han disputado 19 encuentros resueltos en el clutch, de los cuales se han llevado 12 (8-0 en el TD Garden). De hecho, la única derrota sufrida por más de diez puntos fue ante Orlando a finales de noviembre.
Derrotas con moraleja
En ese mismo tramo, los actuales líderes del Este acostumbraron a desperdiciar ventajas de más de dobles dígitos que tuvieron que acabar resolviendo en los últimos compases. Dejando entrever que el elefante seguía en la habitación. No obstante, en los últimos envites disputados cara a cara ante algunas de las grandes potencias de la liga, el desempeño del equipo parece haber virado con respecto a lo que acostumbraba. Hasta el punto de que sus dos últimas derrotas, frente a Thunder y Pacers, dieron para sacar lecturas positivas para los de Mazzulla.
En OKC llegaron a ir perdiendo de 18 mediado el último parcial para acabar acercándose a dos a base de ser agresivos y visitar la línea de personal. Ante Indiana (y sin Tatum), lo encarrilaron White y Porzingis para que Brown acabase apareciendo con cuatro puntos clave aprovechando la ventaja frente a Aaron Nesmith. Aunque el partido acabó decidiéndose por el silbato, el partido volvía a dejar la sensación de que, jugando así, iba a ser más lógico ganar que perder.
Golpe ante el mejor equipo del Oeste
Esta noche los Boston Celtics al fin han podido refrendar ese buen hacer en el clutch con una victoria. A menudo, los de Mazzulla (y antes de Udoka y antes de Stevens) apagaban la bombilla de la selección de tiro convirtiendo los últimos cuartos en un carrusel de malos lanzamientos. Triples en los primeros diez segundos de posesión, pérdidas más que evitables, lanzamientos punteados una posesión tras otra e incluso quitar el balón de las manos de los Jays cuando más evidente es que tiene que pasar por ellos. Ayer fue todo lo contrario. Brown y, sobre todo, Tatum se adueñaron del partido. No sólo en ataque, también con una brutal defensa ante un Edwards (especialmente de Jaylen) que solo pudo anotar un tiro de ocho intentos entre último cuarto y prórroga. La estrella de los Wolves llegaba con 24 puntos y 10 de 18 en el tiro.
Con ocho minutos del último cuarto por jugarse, Tatum pone a KAT entre ceja y ceja para castigarle una vez tras otra. Y, si primero le castiga con un triple tras paso atrás, pronto aprovecha la ausencia de Gobert para ensañarse con la pintura. Sus últimos 13 minutos son una continua lección de ejecutar la jugada correcta. Towns no puede con él y, cada vez que le lanzan doble ayuda, la castiga en el momento exacto.
Alrededor del alero siempre surge cierto debate por su incomprensible falta de agresión al aro dadas sus condiciones. De él se suele decir que vive acomodado en el lanzamiento tras bote. Pero lo cierto es que lo visto esta noche ante una defensa como la de Minnesota (a McDaniels él y Brown le metieron temprano en problemas de faltas) da para ilusionar al más incrédulo. Si vuelven a aparecer las dudas, es aquí, en sus experiencias propias, donde los Celtics harían bien en buscar soluciones. Por si antes no era obvia, Tatum ya tiene hoja de ruta:
(Fotografía de portada de Maddie Meyer/Getty Images)