¿El peor equipo NBA?

Es ahora o nunca.

Sin Kawhi de corto (load management parte 2), pensé que hoy era un buen día para ver a los dos equipos de la Conferencia Este que más me han decepcionado en este arranque de temporada. Soy así de masoca.

Primero, he puesto a los Bulls. Eran mi revelación de la temporada y han empezado peor imposible. Pero hay luz: tras dejar escapar casi 20 puntos de ventaja contra los Lakers horas antes, han ganado muy fácil a los Hawks. Y han dejado detalles (el primer cuarto de Porter, por fin acierto de Markkanen, el partidazo de Satoransky, cositas de Dunn, Hutchison va entrando…), en algunos tramos, de ese equipo que esperaba encontrarme antes de que empezara la temporada.

¿Conclusión? Deberían ir mejorando con el paso de los partidos. Deberían…

Después, he puesto a los Knicks. Y, como decía hace un rato en Twitter, me duelen los ojos.

En Nueva York no hay trampa ni cartón: los Knicks juegan realmente mal al baloncesto. Ya sé que son un equipo nuevo y que uno se puede agarrar a que han competido bien en algunos partidos, a la buena pinta que tiene (pese a todo) R.J. Barrett, a la defensa de Ntilikina, al potencial de Mitchell Robinson o al mayor acierto exterior de Kevin Knox. Pero la realidad es que, ahora mismo, son el peor equipo de la NBA. Y que ayer perdieron de 20 contra unos Pistons sin Blake Griffin, Reggie Jackson y Derrick Rose.

En serio, convirtieron a Tony Snell en Klay Thompson y a los Pistons en los Warriors de la Death Lineup: 55% en los tiros, 50% en los triples y 37 asistencias. Para morirse.

Y la pregunta, aunque a muchos os va a sonar a chiste, es la siguiente: ¿son los Knicks 2019/20 realmente el peor equipo de la NBA? ¿Son peores que los Cavs? ¿Peores que los Grizzlies? ¿Peores que los Hornets o lo Wizards?

El desastre

Ahora mismo, la respuesta es sí. Y no solo por récord. Julius Randle, que llegaba con el cartel de ‘mejor jugador del equipo’, es un auténtico desastre en tres de cada cuatro partidos. Los Knicks son el segundo peor ataque de toda la NBA y una de las 10 peores defensas, la selección de tiro es horrorosa, la toma de decisiones escandalosamente mala, nadie tiene peor diferencial de puntos y Mitchell Robinson (ayer no pudo acabar el partido con síntomas de conmoción) sigue sin ser capaz de controlar las faltas.

Con cuatro ala-pívots nuevos, un alero titular que adora atacar el aro, tres bases a los que les cuesta la vida anotar y un center que ronda el 70% de acierto en los tiros son el equipo que menos puntos mete en la pintura de toda la NBA (junto a los Kings). Desesperante hasta para una parroquia tan acostumbrada al barro en los últimos años como los knickerbockers.

Y aquí viene el giro inesperado: están a tiempo de reconducir algo (ALGO) la situación. ¿Por qué? Porque el calendario de las próximas semanas es un regalo que deberían aprovechar: dos partidos contra los Cavs, uno contra los Bulls, otro contra los Hornets y dos contra los Mavericks de Porzingis (la guerra). Imagino que algo sacarán… Y digo imagino porque lo de hoy en Detroit no invita a pensar nada parecido.

Después de esos seis partidos, tropecientos equipos de playoffs seguidos. Es ahora o nunca. Ahora o nunca para dejar de ser el peor equipo de la NBA. Aunque no me lo creo ni yo.


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