Es una casualidad e incluso una suerte. Lo que está aconteciendo esta temporada hace que, ni bajo el paradigma de la más absoluta equidad, pudiésemos albergar la más mínima duda de quien se llevará a casa en esta ocasión el ‘Novato del año’. Joel Embiid nos lo está poniendo demasiado fácil.
Sin embargo, el pasado jueves pensé en algo mientras dormitaba, distraído, con el último cuarto de un Lakers – Spurs en el que los jugadores también se dejaban llevar. Con la paliza asegurada, Gregg Popovich daba su ración de minutos a los menos habituales; mejor dicho, al menos habitual, porque lo cierto es que el jefe en filas de San Antonio, está entre los que manejan rotaciones de las más largas de la liga.
No obstante, con los rookies es otro cantar. Aquí, Pops es más escéptico; o simplemente le gusta tomárselo con mucha, muchísima calma. Por eso, en su cabeza, suele haber minutos para Dewayne Dedmon, para Kyle Anderson, para David Lee e incluso para Davis Bertans. Sin embargo, los ratos de disfrute son muy pocos para Dejounte Murray. Y eso es algo que fastidia, porque al chaval es una delicia verlo.
Un rasero dispar
Las cosas de palacio van despacio, y la meritocracia es algo que avanza a su propio ritmo en la NBA. Con algunos coachs más que con otros; y ahí radica el primero de los dos gérmenes de este artículo.
Cuando la cosa va de MVP’s, de ‘Jugador más mejorado’, de integrantes del All-Star Game o de nominados para cualquier ‘Mejor quinteto’ de la temporada, no merece la pena agobiarse en exceso; años hay para que la calidad se imponga, los minutos se multipliquen y las aspiraciones personales, pues simplemente lleguen.
De hecho, los aspirantes al MIP suelen ser, casi por regla no escrita, todos aquellos que han presenciado un salto mayúsculo en sus minutos en pista de un año para otro. Sus estadísticas se limitan a cumplir la lógica proporcional de aquello a lo que venían apuntando. A más minutos, más puntos, más rebotes y más asistencias. Pero esa reflexión da para otro artículo y no es momento de tomar ese desvío.
Como decía, hay entrenadores más valientes y otros un tanto más carcas; unos más progresistas y otros que tildaríamos de conservadores. Por eso, si al ser seleccionado en una franquicia entrenada, digamos, por Rick Adelman —ejemplo de técnico retirado para evitarnos así exceso de leña al fuego—, sabías que lo ibas a tener muy, pero que muy chungo rascar tus minutos ese primer año a no ser que tuvieras la suerte de llamarte Ricky Rubio.
Como Adelman, hay otros tantos de la misma escuela en la NBA. Aquellos poco aficionados a depositar su confianza demasiado pronto en unos críos recién salidos de la universidad. Si no eres un top 5 del draft y caes bajo los mandos del cuerpo técnico inadecuado, puede que mames mucho banquillo, mucha toalla y mucha D-League.
Casi por imperativo de draft, e independientemente de la visión del entrenador de turno, si has sido seleccionado entre los números 1, 2 o 3, vas a jugar. Quizás más quizás menos de lo que te gustaría, pero descuida, que vas a ser parte habitual en la rotación. Y con el número uno de 2016 aún por debutar, es el número 2, Brandom Ingram, quien comanda la tabla de novatos en minutos jugados este curso.
Rookies 2016 por orden de minutaje
(y al menos 15 partidos disputados)
| ♦ | JUGADOR | MINUTOS | PARTIDOS | DRAFT |
|---|---|---|---|---|
| 1 | Brandon Ingram (Lakers) | 27,7 | 44 | 2º |
| 2 | Rodney McGruder (Heat) | 26,1 | 37 | No elegido (2013) |
| 3 | Joel Embiid (76ers) | 25,2 | 27 | 3º (2015) |
| 4 | Andrew Harrison (Grizzlies) | 25 | 40 | 44º (2015) |
| 5 | Malcolm Brogdon (Bucks) | 24,3 | 38 | 36º |
| 6 | Dario Saric (76ers) | 24,1 | 38 | 12º (2014) |
| 7 | Isaiah Whitehead (Nets) | 22,6 | 31 | 42º |
| 8 | Dorian Finney-Smith (Mavs) | 21,9 | 38 | No elegido (2016) |
| 9 | Domantas Sabonis (OKC) | 20,9 | 41 | 11º |
| 10 | Buddy Hield (Pelicans) | 20,2 | 41 | 6º |
| 11 | Jamal Murray (Nuggets) | 20,1 | 38 | 7º |
| 12 |
Marquese Chriss (Suns) |
17,8 | 40 | 8º |
| 13 | Pascal Siakam (Raptors) | 17,8 | 36 | 27º |
| 14 | Caris LeVert (Nets) | 17,7 | 19 | 20º |
| 15 | Troy Williams (Grizzlies) | 17,4 | 19 | No elegido (2016) |
| 16 | Malcolm Delaney (Hawks) | 17,1 | 39 | No elegido (2011) |
| 17 | Kris Dunn (Timberwolves) | 16,7 | 40 | 5º |
| 18 | Semaj Christon (OKC) | 15,4 | 36 | 55º (2014) |
| 19 | Tomas Satoransky (Wizards) | 15 | 24 | 32º (2012) |
| 20 | Alex Abrines (OKC) | 14,2 | 34 | 32º (2013) |
| 21 | Jonathan Gibson (Mavs) | 13,6 | 17 | No elegido (2010) |
| 22 | Wade Baldwin (Grizzlies) | 13,2 | 23 | 17º |
| 23 | Willy Hernangómez (Knicks) | 13,2 | 35 | 35º (2015) |
| 24 | Jaylen Brown (Celtics) | 13 | 39 | 3º |
| 25 | Sheldon McClellan (Wizards) | 12,4 | 17 | No elegido (2016) |
| 26 | Mindaugas Kuzminskas (Knicks) | 12,3 | 34 | No elegido (2011) |
| 27 | Dragan Bender (Suns) | 12,3 | 33 | 4º |
| 28 | Patrick McCaw (Warriors) | 11,5 | 30 | 38º |
| 29 | Denzel Valentine (Bulls) | 11,5 | 26 | 14º |
| 30 | Kay Felder (Cavaliers) | 10,6 | 22 | 54º |
| 31 | Jakob Poeltl (Raptors) | 10,3 | 22 | 9º |
| 32 | Taurean Prince (Hawks) | 10,2 | 22 | 12º |
| 33 | Ron Baker (Knicks) | 10,1 | 16 | No elegido (2016) |
| 34 | Davis Bertans (Spurs) | 10 | 33 | 42º (2011) |
| 35 | Nicolás Laprovittola (Spurs) | 9,7 | 18 | No elegido (2016) |
| 36 | Tyler Ulis(Suns) | 9,3 | 25 | 34º |
| 37 | Timothe Luwawu (76ers) | 9 | 25 | 24º |
| 38 | Deyonta Davis(Grizzlies) | 7,9 | 21 | 31º |
| 39 | Maurice Ndour (Knicks) | 7,8 | 17 | No elegido (2015) |
| 40 | DeAndre Bembry(Hawks) | 7,1 | 15 | 21º |
| 41 | Nicolás Brussino (Mavs) | 6,6 | 28 | No elegido (2016) |
| 42 | Jake Layman (Blazers) | 6,2 | 21 | 47º |
| 43 | Dejounte Murray (Spurs) | 5,7 | 20 | 29º |
| 44 | Georges Niang (Pacers) | 4,7 | 17 | 50º |
| 45 | A.J. Hammons (Mavs) | 4,5 | 17 | 46º |
| 46 | Thon Maker (Bucks) | 4,3 | 17 | 10º |
* En rojo los jugadores que han sido lottery pick (top 14) en su respectivo draft.
¿Qué sacamos en claro de la tabla de arriba? Básicamente que reina el sinsentido y la más total anarquía. Ser lottery pick no es seguro de nada, ya ni qué decir tiene si caes del puesto veinte para abajo.
La volatilidad es el único patrón a seguir en este juego de novatos. Y esto no significa que los general managers o los entrenadores se hayan arrepentido de sus apuestas en el draft. Para nada; simplemente, repito, cada galera rema al ritmo que marca su capitán.
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