Sí, LeBron James es muy bueno; sí, la Conferencia Este es una broma

Los Cavaliers están a dos victorias más de alcanzar las Finales de la NBA. Serán las quintas Finales consecutivas para LeBron James, un hito que no han conseguido otros jugadores como Michael Jordan, Magic Johnson o Larry Bird. Solo varios miembros de los Celtics de la década de los 60 han logrado una hazaña similar en toda la historia de la NBA.

Si damos por hecho que Cleveland pasará de ronda, desde 2007 LeBron habrá disputado siete Finales de Conferencia de nueve posibles con un total de seis Finales de la NBA.

Los datos, por sí mismos, reflejan la grandeza de James, un súper jugador capaz de transformar cualquier plantilla y convertirla en candidata al título. El de Akron es el gran dominador de la NBA, la imagen de la liga, el mejor desde hace años, pero que aún debe ganar más títulos en el futuro para pasar a la historia como el triunfador de su era.

Y James sabe que para esto la mejor oportunidad la tiene jugando en la Conferencia Este.

La conferencia débil permite de forma habitual que equipos con récord negativo accedan a los Playoffs o que conjuntos con 45 victorias tengan una oportunidad real de jugar y ganar las Finales de Conferencia.

Mientras tanto, en el otro lado, candidatos a todo se quedan por el camino a las primeras de cambio —Spurs— o son incapaces de superar dos rondas –Clippers— debido al campo de minas que son los Playoffs en el Oeste.

El actual desequilibrio que vive la NBA está alcanzando cotas inauditas, como por ejemplo en las votaciones al MVP en las que 11 de los 12 jugadores votados militan en franquicias del Oeste y solo uno —James—, en el Este.

Los Cavaliers ganaron el segundo partido de las Finales de Conferencia con un quinteto titular formado por James, Matthew Dellavedova, Iman Shumpert, Tristan Thompson y Timofey Mozgov. Suponemos que cuando alguien lea la frase anterior dentro de 10 años se echará las manos a la cabeza.

Se puede pensar que si los Hawks fuesen ganando 2–0 no escribiríamos esto, pero lo cierto es que la sensación y los resultados de la conferencia desde hace años serían básicamente los mismos.

Que James se pasee por el Este se debe a su impresionante juego —el dominio ejercido durante el último partido ha sido histórico— y a que desde que desaparecieron los Celtics del Big Three y el proyecto Pacers implosionó no se vislumbra un rival que pueda poner en aprietos serios a un equipo en el que esté el cuatro veces MVP.

Cualquier conjunto del Oeste con James probablemente también sería finalista perenne, pero no se adivinaría un camino tan claro o sencillo como el que tiene por delante de forma habitual y se pondrían a prueba aún más sus enormes cualidades en pista.

Para finalizar, y con el ánimo de evitar polémicas innecesarias, queremos recordar que este editorial no trata de restar merito alguno a las hazañas de James, todo lo contrario, pero una cosa no es incompatible con la otra. LeBron es un jugador magnífico, grandioso e histórico, pero el actual Este es una conferencia con un nivel de calidad muy pobre.


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