Ante el inminente comienzo de un nuevo curso hacemos un repaso a los 30 equipos de la competición de cara a la temporada 2017-18 NBA. El campeonato de los Warriors y la confirmación de que Golden State será una potencia durante varios años ha conllevado que numerosos equipos hayan realizado grandes apuestas durante el verano y otros hayan optado por dar un paso atrás.
Oklahoma City Thunder
Balance 2016-17: 47-35 (6º Oeste, clasificado para playoffs).
Entrenador: Billy Donovan (3ª temporada en el equipo).
Agentes libres más importantes en 2018: Russell Westbrook (opción jugador), Paul George (opción jugador), Carmelo Anthony (opción terminación contrato), Jerami Grant, Nick Collison, Raymond Felton, Isaiah Canaan.
La plantilla
Altas: Paul George, Carmelo Anthony, Patrick Patterson, Raymond Felton, Isaiah Canaan (Camp Invite), Markel Brown (Camp Invite), Bryce Alford (Camp Invite), Rashawn Thomas (Camp Invite), Terrance Ferguson (Draft).
Bajas: Enes Kanter, Doug McDermott, Domantas Sabonis, Victor Oladipo, Taj Gibson.
Siguen: Russell Westbrook, Andre Roberson, Steven Adams, Kyle Singler, Alex Abrines, Josh Huestis, Jerami Grant, Semaj Christon, Nick Collison, Daniel Hamilton (Two way contract).
Así encaran la temporada
¡Qué diferente hubiera sido esta previa de haberla publicado sólo cuatro días atrás! Ni Carmelo, ni tridente, ni aspirantes descarados a hacerse con el anillo. Los tres últimos días han sido un soliloquio; un monotema: «¿Qué serán capaces de hacer juntos estos tres?»
El clásico «no habrá suficiente con un solo balón» no tardó en brotar de entre los comentarios de nbamaniacs, y aquí estamos, con el análisis para dilucidar precisamente eso. Porque aunque la plantilla la componen quince, de la química que fluya de la probeta de Russell Westbrook, Paul George y Carmelo Anthony, terminaremos hablando más alto o más bajo del título de campeón.
Obviamente un técnico competente debería estar frotándose las manos, y Billy Donovan está justo en esa frontera; la que separa los buenos entrenadores de los que no lo son. El coach tiene oro batido entre sus manos, y su misión es darle forma y filigranas. El año pasado fue un sólo de Westbrook: jugador, cuerpo técnico, general manager y mopero en pista. Lo era todo. Sus compañeros, de vez en cuando, erraban un tiro, capturaban sin querer un rebote o aprovechaban alguna de sus múltiples asistencias.
Exagero, desde luego, pero es una forma de advertencia. Con la marcha de Kevin Durant, Russ asumió su papel de jefe de la mafia, y ahora se encuentra súbitamente ante una tesitura que no enfrentaba desde los tiempos de Harden. Y por aquel entonces, La Barba ni siquiera era una estrella consagrada en la Liga, capaz de sobrevivir sin su cuota de protagonismo. Ahora son tres. 19 All-Stars en total. ¿Problemas de egos? Está por ver.
Yo soy de los que apuesta descaradamente por el no. De a los que sí le vale la analogía del Melo en el Team USA. De los que opina que jugará de ‘4’ abierto y se inflará a catch & shot libre de punteos, porque Russ arrastrará dobles defensas en sus locas internadas y las ayudas dudarán sobre qué hacer con Paul George. Soy de los que cree que si en los Knicks el juego se ralentizaba al llegar la bola a Carmelo, era porque éste confiaba más en sus aclarados y en su step back que en pasársela a sus compañeros. Se acabaron los problemas en este aspecto.
Melo lleva demasiados años soportando ser la estrella. Las hormonas se relajan; el ansia de demostrar, se apacigua. Feudales tiempos aquellos en los que Amar’e Stoudemire y él justaban por ser el gallo del corral. Está preparado para asumir su nuevo rol, y quizás sólo le veamos acaparar la pelota en los instantes de cluch, donde aún sigue siendo de los mejores.
Pero está listo para el trasvase: de estrella a escudero de lujo. Cuando anunció que no usaría su derecho a veto en un hipotético traspaso a Houston, donde aguardaban Paul y Harden, era porque lo tenía claro. En su mente ya no existe el boxscore; solo el anillo.
Mis dudas, en todo caso, se despiertan ante la esencial conexión Russ-George. Y creo que el precedente perfecto lo tenemos en el MVP de las Finales. Russ sabe lo que es jugar con un alero de la más alta élite. Lo ha hecho durante ocho años y no les fue del todo mal. Este último año, rodeado de nada, ha promediado más de diez asistencias por partido. Este curso se puede hinchar.
De Russ espero inteligencia y madurez; las suficientes para dejar de ver esos absurdos triples con 17 segundos en el reloj posesión, y tiros imposibles ahora que tendrá siempre dos grandes artilleros a la espera. Su 42,5 por ciento en tiros de campo el año pasado, deberá rondar este curso el 48 si hace todo lo que tiene que hacer.
Big Three a un lado, busquemos la yaga. Esta está en la pintura. Las salidas de Enes Kanter y Tag Gibson, dejan en cueros un frontcourt que sólo tendrá a Steve Adams como única referencia fija y de nivel —a Collison lo justito—. Todo apunta a que habrá mucho small mall esta temporada en OKC, donde Patrick Patterson podría sumar muchos minutos de falso pívot a la espera de ver la aportación de Dakari Johnson.
El año pasado los Thunder fueron el 10º mejor conjunto ofensivo y el 16º defensivo. Con la llegada de George no sólo suben las prestaciones en ataque, sino que se disparan también en defensa; el alero es, de largo, uno de los defensores más capaces de toda la competición. Si el entramado de Donovan es bueno, entre Westbrook, Roberson y él, pueden apuntalar un infierno en el perímetro. Nivel que no decaerá mucho con las rotaciones de Jerami Grant y Alex Abrines, otros dos defensores competentes. Entre ellos y Adams, las lagunas atrás de Anthony quedarán menos al descubierto que nunca.
El reto y potencial problema lo tendrá Donovan en la segunda unidad. Un hipotético quinteto de recambio formado por Felton, Abrines, Grant, Singler, Patterson, sin ser de lo más mediocre de la NBA —de hecho reside bastante poder anotador ahí—, será el que, en los duelos de titanes que están por venir, decida, en noches en las que las estrellas rayen idéntico nivel de excelencia, el resultado de la partida. Porque Warriors, Spurs, Cavs o Celtics, no tienen malos banquillos. Pero en absoluto.
El jugador a seguir
Diré Paul George. Si bien es Westbrook el que viene de recibir el MVP de la temporada regular, George también ha cerrado la que ha sido su mejor temporada en anotación desde que está en la Liga (23,7). Con la lesión de tibia y peroné totalmente olvidada, el forward afronta, a sus 27 años, la obligación de volver a ser reconocido entre los tres mejores del mundo en su posición.
Hablar de MVP, como hizo el otro día, es una tontería y un fallo. Porque su meta debería ser la de jugar a dicho nivel pero sin pensar en el galardón ni por medio segundo; porque eso implica pensar más en estadísticas que en campeonatos, lo que hace difuminarse lo segundo por más que se engrose lo primero.
Año de consagración absoluto de George en el que habrá que ver cómo se las ingenia con dos jugadores que el año pasado acumularon entre ambos 42,8 tiros por partido —24 de Russ por 18,8 de Melo, mientras el propio George se quedó en 18—.
El pronóstico
Elio Martínez, director de nbamaniacs, dará un pronóstico personal y subjetivo sobre lo que cree que hará cada franquicia durante la temporada 2017-18.
Esto va a ser un escándalo. El trío que forman Westbrook, Anthony y George tiene capacidad de sobra para promediar entre 75 y 80 puntos por noche y no serán pocas las que se vayan a los 90 o 95 tantos. El poder de destrucción de los Thunder a ambos lados de la pista es muy alto y, si bien George no está al nivel de Durant, el nuevo Big Three reune más capacidad ofensiva que la pareja que formaron Durant y Westbrook; aquel duo tuvo tirado en la lona al equipo de las 73 victorias hace solo 16 meses, por lo que ahora hay licencia para soñar en Oklahoma City. Creo que los Thunder pelearán con los Warriors por el Oeste en las Finales de Conferencia, pero a día de hoy veo repetiendo plaza en las Finales de la NBA por cuarto año seguido al mismo equipo de California.
Anterior equipo analizado: Memphis Grizzlies. Próximo equipo: Washington Wizards.