Temporada 21-22: ¿cómo fueron las predicciones?

A estas alturas de año, abundan las predicciones acerca de qué será de cada equipo en la inminente temporada. Todo el mundo tiene sus ideas acerca de quiénes dominarán cada conferencia, quiénes darán la sorpresa y cuáles serán las decepciones, e incluso es habitual que haya ciertos consensos con respecto a varios de ellos. Hoy, sin embargo, lo que haremos será echar la vista atrás para ver qué se decía sobre cada franquicia antes de comenzar el curso 21-22 y qué pasó finalmente con ellas, utilizando como referencia los pronósticos que Elio Martínez, director de nbamaniacs, realizó en los análisis previos de cada una.

Finales difíciles de anticipar

Aunque tanto Warriors como Celtics se fueron consolidando como grandes aspirantes a medida que avanzaba la temporada y llegaron a playoffs como candidatos al título, antes de arrancar la liga regular las cosas no estaban tan claras. Ambos equipos llegaban con algunas dudas, y aunque se les intuía potencial, nadie terminaba de atreverse a posicionarlos en el grupo de cabeza de sus respectivas conferencias. De hecho, en sus previas ambos fueron colocados en el quinto puesto del Oeste y del Este respectivamente, ya que había varios equipos con proyectos más consolidados que parecían partir por encima.

Empezando con Golden State, muchos esperaban que el equipo fuese creciendo a lo largo del año, a medida que jóvenes como Kuminga o Wiseman adquiriesen rodaje y que Klay Thompson regresase a las pistas, pero lo cierto es que había un cierto escepticismo con respecto al posible de impacto de todos ellos. Por otro lado, nadie esperaba ver a un Andrew Wiggins tan recuperado para la causa ni a secundarios como Payton o Porter tener un rendimiento tan sólido, lo que sin duda elevó el nivel del equipo muy por encima de los pronósticos.

Boston, por su parte, venía de un decepcionante curso 20-21, en el que había necesitado pasar por el play-in para posteriormente caer sin presentar demasiada batalla ante los Nets en primera ronda. Dado que el núcleo de la plantilla siguió siendo el mismo, pocos esperaban un crecimiento notable del equipo, y de hecho el inicio de curso dio la razón a los más pesimistas, pero la forma en que el equipo fue creciendo como una excelente defensa como base acabó convirtiéndoles en uno de los cocos de la liga. Por supuesto, la consagración definitiva de Tatum como superestrella, la explosión de Robert Williams y el imprevisible nivel de Al Horford potenciaron al equipo, que se quedó a las puertas de un anillo que nadie esperaba en octubre de 2021.

Los ¿imprevisibles? batacazos

Turno ahora para los sorpresas negativas, para las que cabe debatir si el término «sorpresa» es el adecuado. Es cierto que en retrospectiva todo se ve de otra manera y que es muy fácil y muy ventajista decir ahora que ya había indicios para anticipar lo que iba a pasar y que debimos haberlo visto venir. Y, tanto en los Lakers como en los Nets, los había, pero también motivos para creer que no iban a tener tanto peso.

Desde luego, ni los más pesimistas imaginaban a los angelinos no disputando ni siquiera el play-in antes de empezar el año. Se hablaba de la escasa compatibilidad de Westbrook con el resto del equipo, de la avanzada edad de la plantilla o de la fragilidad física de Davis, pero se hacía en relación a sus opciones de pelear por un anillo. Nadie imaginaba a este equipo pegándose semejante batacazo, y de hecho su previa les auguraba una segunda posición en el Oeste.

Misma posición pero en el Este ocupaban los Nets en los pronósticos, pese a que eran un equipo que, en cierto modo, presentaba más motivos para dudar, al menos en temporada regular. La situación queda ya un poco lejana, pero por aquel entonces las noticias sobre Irving y la vacunación eran el pan de cada día, y los neoyorquinos habían decidido apartar al jugador del equipo hasta que se solucionase el problema. Se intuía ya un cierto potencial desestabilizador en al situación, que se fue complicando hasta acabar con Harden pidiendo el traspaso y con el proyecto a punto de volar por los aires este verano.

Lo cierto es que los Nets no se hundieron tanto como los Lakers y acabaron clasificándose para los playoffs vía play-in, pero el 4-0 ante Boston en primera ronda fue quizás más doloroso si cabe. Dos claros ejemplos de cómo el efecto bola de nieve puede tirar por la borda la temporada de dos plantillas a priori construidas para pelear por todo.

Quienes lograron evitar esto fueron los 76ers, que, con Ben Simmons pidiendo el traspaso a gritos, podrían haberse visto también presas de un problema cada vez mayor. No obstante, los de Pensilvania lograron impedir que el caos extradeportivo se trasladase a la pista, y aunque su curso no fue tampoco un éxito, sí lograron alcanzar el cuarto puesto del Este que los pronósticos les auguraban.

Proyectos que no despegaron

La temporada 21-22 se presentaba como un posible punto de inflexión para varios equipos que venían de dejar muy buenas sensaciones durante el curso 20-21, y uno de ellos eran los Atlanta Hawks. Si bien resultaba obvio que su presencia en las Finales del Este era relativamente circunstancial y que no eran el segundo mejor equipo de la conferencia, sí se antojaba como una excelente base desde la que crecer para intentar asentarse realmente en ese nivel. Era sin duda el momento de demostrar que estaban preparados para colarse entre los nombres a tener en cuenta.

Ahí era donde les colocaban las predicciones, pero, un año después, sobra decir que esto no ocurrió. Los de Georgia pasaron toda la temporada peleando por una plaza de play-in, y aunque las bajas de los Cavaliers les permitieron hacerse finalmente con el último puesto de playoffs, fueron arrollados por los Heat y devueltos a la realidad después de lo que parecía el inicio de una gran etapa para la franquicia.

Similar fue el caso de los Knicks, a los que, tras su sorprendente cuarto puesto del Este en 2021, se les colocaba también en la lista de equipos que lucharían por entrar acceder directamente a la postemporada evitando el play-in. Y sí, técnicamente lo evitaron, pero no de la manera en que esperaban. Los de Thibodeau acabaron en el puesto número 11 y sin opciones siquiera de pelear hasta el final por la 10ª plaza, evidenciando una vez más que lo más difícil en esta liga no es alcanzar un cierto estatus sino mantenerse en él.

Que le pregunten si no a los Jazz, que, tras haber terminado como líderes de la NBA en 2021, confiaban en repetir hazaña y volver a pelear por el anillo en 2022, y de hecho los pronósticos volvían a situarles al frente de su conferencia. La temporada, no obstante, no terminó de salir tan bien, y un año después son el gran favorito a ocupar la cola de la clasificación en una caída en picado digna de Felix Baumgartner, solo que en lugar de ser atraídos por el efecto de la gravedad son atraídos por el Efecto Wembanyama.

Las sorpresas agradables

Con todo, hubo más sorpresas positivas que negativas la temporada pasada, algunas de ellas especialmente impactantes. Tal es el caso de los Memphis Grizzlies, cuyo salto a la zona alta del Oeste se hacía imprevisible antes de arrancar. Tras alcanzar los playoffs en 2021, se esperaba que el proyecto buscara asentarse y repetir presencia en postemporada, expectativas que se quedaron cortísimas dado el increíble salto de nivel de Ja Morant y de varios de sus compañeros, que llevó a los de Tennessee al segundo puesto e hizo al proyecto avanzar muchos más pasos de los que teóricamente le correspondía.

Otra plantilla joven que sorprendió a propios y extraños fue la de los Cavaliers. El noveno puesto no resulta tan impresionante sobre el papel, pero lo cierto es que esta era una plantilla de la que se esperaba muy poco y que, pese a quedarse fuera de los playoffs, dejó unas grandísimas sensaciones. El equipo arrancó el curso funcionando de maravilla, y solo las lesiones pudieron hacer que su rendimiento fuese mermando poco a poco, lo que les dejó con una posición en la tabla que no fue del todo fiel a lo que transmitieron duranta la liga regular.

También los Pelicans mejoraron más en cuanto a sensaciones que en cuanto a números. Su previa vaticinaba una décima plaza de su conferencia y acabaron en la novena, lo cual en principio no parece una mejora notable hasta que tenemos en cuenta la forma en que los de Luisiana fueron de menos a más durante el curso y cómo plantaron cara a los Suns en primera ronda. Un proyecto del que se esperaba un crecimiento moderado terminó como uno de los más prometedores gracias a la irrupción de jugadores como Herbert Jones y Jose Alvarado y a movimientos como la incorporación de McCollum, que dieron un extra a una plantilla que resultó tener más herramientas de las esperadas.

Por otro lado, los Raptors probaron como erróneos los pronósticos que les dejaban peleando por un puesto de play-in, y demostraron que, pese al decepcionante curso 20-21, seguían siendo un equipo muy sólido y capaz de dar problemas a cualquiera. En el Oeste, los Mavericks dieron un salto de calidad que no muchos auguraban ante la ausencia de grandes movimientos, los Clippers se mantuvieron en la esperada octava plaza a pesar de que Kawhi nunca regresó y Paul George se perdió gran parte del curso, y los Spurs aprovecharon el caos del Oeste para acabar entre los 10 primeros, superando también las predicciones realizadas en su momento.

Bienvenido, Mr. Tanking

Que un equipo se deje ir a mitad de año al ver que sus aspiraciones no pasan de mediocres es uno de los factores que suele arruinar algunos pronósticos, como fue el año pasado el caso de los Indiana Pacers. No es que nadie les viese aupándose a la parte alta de la tabla, pero sí se esperaba que repitiesen lo logrado en 2021 y estuviesen como mínimo en la contienda por un puesto de play-in. Sin embargo, tras un inicio no demasiado fulgurante, los de Indianápolis decidieron que el proyecto ya había dado todo lo que tenía que dar y que era el momento de iniciar una reconstrucción. Domantas Sabonis y Caris LeVert salieron del equipo, las derrotas comenzaron a acumularse y el plantel comandado por Rick Carlisle terminó en una posición mucho más baja de lo que se auguraba antes de comenzar el curso.

Caso similar fue el de los Blazers, aunque por motivos diferentes. En cuanto se hizo oficial que Damian Lillard no regresaría de la lesión que sufrió en el mes de enero, los de Oregón activaron el modo tanking más extremo y se borraron de una pelea por el play-in del Oeste que estaba sorprendentemente barata. De hecho, algunos movimientos como la salida de McCollum invitaron a pensar que en Portland habían decidido también reventar el proyecto y empezar de cero, pero finalmente todo quedó en un año de borrón y cuenta nueva y todo apunta a que este año volverán a intentar competir.

Los que cumplieron con lo esperado

Hablar de aciertos en este tipo de artículos es siempre menos interesante, pero sería injusto obviar aquellas predicciones que se ajustaron a lo que terminó ocurriendo. No era difícil intuir que los Bucks y los Suns estarían en la zona alta de la clasificación una vez más, que Pistons, Magic, Rockets y Thunder pelearían por el número 1 del draft o que los Bulls darían un salto en la tabla tras las buenas incorporaciones. Y desde luego afirmar que Sacramento se quedaría otra vez en tierra de nadie era una apuesta segura a pesar de que siempre resulta tentador pensar ‘este es su año’.

No tan fácil resultaba confiar ciegamente en la capacidad de Jokic para llevar a los Nuggets directamente en playoffs dadas las bajas del equipo, de los Heat para rehacerse del 4-0 de 2021 y volver a colocarse entre los mejores del Este, o en la incapacidad de Wizards y Hornets para crecer tras su presencia en el play-in de 2021, aunque tampoco pueden considerarse resultados completamente inesperados. Al final, no obstante, es sorprendente la escasa cantidad de equipos de los que puede decirse que cumplieron con lo esperado, lo que invita a ser cautos con lo que pensamos de cada franquicia a estas alturas de octubre y a esperar otra temporada emocionante y dispuesta a depararnos sorpresas.

(Fotografía de portada: Thearon W. Henderson/Getty Images)


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