Un colosal Serge Ibaka hace tambalear de nuevo a los Lakers

Una victoria de mérito y unas declaraciones tranquilizadoras pueden hacer milagros en un equipo inestable. Los Lakers regresaban al Staples Center para su duelo ante Toronto con una cierta calma tras superar un día antes a domicilio a Portland. Además, Magic Johnson ponía freno a las especulaciones sobre el futuro del entrenador Luke Walton asegurándole acabar la temporada en el banquillo angelino. Poco podía salir mal en el duelo dominical ante los Raptors, pero así ocurrió.

Pese a la baja de Kawhi Leonard, recuperándose de un golpe en su pie izquierdo, el equipo canadiense se regaló un festín en Los Angeles, imponiéndose por un engañosamente apretado 107-121. Un Serge Ibaka colosal (34 puntos, récord de carrera NBA, 20 de ellos en el primer cuarto) lanzó a Toronto en un arrollador comienzo del que los angelinos nunca se recuperaron. Incluso LeBron James, con 18 puntos y 6 asistencias en su partido más discreto como Laker, pareció olvidar su dominio pasado ante los Raptors durante su etapa en Cleveland.

Todo llegaba justo después de que Magic Johnson se reuniera con periodistas del Los Angeles Times con una única misión: asegurar la continuidad de Luke Walton como entrenador. En referencia a su filtrada tensa reunión del pasado martes, Johnson explicaba simplemente que “se lo dije, Luke lo asumió y estamos bien. No es importante”. Algo más claro, aseguró también que Walton “va a acabar la temporada salvo que algo drástico ocurra, que no va a pasar”.

La noche de Ibaka

Si algo “drástico” acaba pasando, se parecerá bastante al primer cuarto ante Toronto. Los Lakers ofrecieron su peor imagen de la temporada. Dirigidos por un soberbio Kyle Lowry (9 de sus 15 asistencias en sus 10 primeros minutos de partido), los Raptors superaron con velocidad a un rival apagado y lento de reflejos. Quizás cansados por el duelo de la noche anterior en Portland, los angelinos carecieron de fórmula alguna para parar el ataque canadiense. Particularmente, gracias a un Serge Ibaka de ensueño.

La llegada de Nick Nurse ha revitalizado al pívot español de origen congoleño. Alternándose en el puesto de 5 con Jonas Valanciunas, y jugando con cuatros más exteriores como Pascal Siakam u OG Anunoby, Ibaka ha recuperado su mejor versión. En Los Angeles, fue un torbellino. Ibaka no falló ninguno de sus 11 intentos en la primera mitad, tanto finalizando en la pintura como en tiros en suspensión. En sus 9:39 primeros minutos anotó 20 puntos. En el otro lado, los Lakers se quedaron en 17 en el primer cuarto. El resultado era entonces de un inapelable 17-42.

Vencidos desde el principio, los Lakers tardaron una eternidad en encontrar su juego. LeBron James pareció más pasivo que nunca, quizás guardando fuerzas para partidos donde la victoria fuera más realista. Solo con la lógica relajación de Toronto, particularmente en la segunda mitad, el partido pareció equilibrarse, pero muy lejos de ofrecer esperanzas a los locales.

Maquillaje insuficiente

De forma particular, fue Kyle Kuzma quien mostró un mayor orgullo para evitar una derrota de escándalo. El ala-pívot de segundo año acabó con 24 puntos, 18 de ellos tras el descanso. De su mano, y ya con LeBron James descansando desde el tercer cuarto, los Lakers se colocaron a 10 puntos de Toronto a poco más de dos minutos del final. Suficiente para maquillar el resultado final, pero no para incordiar a los Raptors más de la cuenta. Kyle Lowry, otro año más a nivel de All-Star, tomaría el testigo de Serge Ibaka para sentenciar el partido.

Al final, el veterano base terminó con 21 puntos, 15 asistencias y solo 1 pérdida de balón, cubriendo a la perfección la ausencia de Kawhi Leonard. Pese a las recurrentes bajas del alero, quien se ha perdido varios partidos por descanso, Toronto lidera ahora el Este en solitario y la NBA junto a los Warriors con un balance de 9-1, el mejor arranque de toda su historia tras 10 partidos.

Semana de reflexión

Los angelinos tendrán ahora una semana más relajada, con solo un partido en los próximos cinco días, en casa ante Minnesota. Tiempo para volver al gimnasio y encontrar ese sistema de juego que Magic Johnson reclamaba días antes a Luke Walton. La llegada de Tyson Chandler, pese a estar muy lejos del que fue en Dallas o New York, añade otro jugador interior defensivo necesario para ayudar al sobreexigido JaVale McGee. Si todo sigue el plan previsto, el pívot de 36 años se incorporará a la disciplina del equipo el martes.

Con el apoyo público de Magic Johnson, Luke Walton tiene oxígeno extra para trabajar con en una semana en la que su labor en las instalaciones de entrenamiento de los Lakers será más importante que nunca. El próximo calendario ayudará, con unos menos temibles Wolves, Kings y Hawks en el horizonte. No es descabellado predecir que los Lakers (4-6 tras la derrota de Toronto) superarán la próxima semana con un balance ganador y de nuevo en calma relativa para afrontar duelos más peligrosos.

Pero el margen de error sigue siendo escaso. Una mala imagen en esos duelos ante equipos a la vez impredecibles puede crear otra tormenta. Luke Walton y el proyecto de los Lakers acabarán la temporada, según Magic Johnson. Pero en el difícil negocio del entrenador, no hay nada menos fiable que las garantías a largo plazo. Algo drástico siempre puede ocurrir.


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