South Florida y el triple: un amante sin invitación

No he podido evitarlo. ¿Oportunista? Puede. Lo comprobaremos de aquí a unos meses. Pero en este caso prefiero aprovechar el statu quo y también la ocasión. Porque los Miami Heat lo merecen (este guiño) y Hassan Whiteside también (el pequeño ¡zas!) #summervibes #farewell #nonickname #oregonianrules #roadtothefinals.

“¡Tenemos tiradores!”, bramaba en bucle, eufórico, el nuevo pívot de los Portland Trail Blazers. En el momento del vídeo, ateniéndonos a la cadena de hechos, ya debía estar informado de que no contaría con Meyers Leonard y su 45% en triples de la temporada anterior… aunque no sabemos si, desbordado por la alegría, se había enterado de que, casi a la vez que su traspaso, se había producido también el de Seth Curry y su 45% en 3,4 intentos por noche, rumbo a los Dallas Mavericks.

No importa; la sola idea de imaginarse saliendo de la pintura para colocar una de sus fuertes pantallas, a la espera de que Damian Lillard, C.J. McCollum o Rodney Hood decidiesen nutrirse de ella para rehuir la defensa y soltar su pull-up de tres… era más que suficiente para justificar tanta emoción.

‘Un clima’ favorable

Whiteside, con este traspaso, abandonaba un conjunto que acaba de concluir penúltimo de toda la NBA en triples encestados tras bote (29,7%), para unirse a otro que presumía del tercero mejor (35,5%).

El talento individual en Portland estaba concentrado en su periferia. Dame y C.J., dos de los guards más capaces de la liga en eso de fabricarse sus propios tiros, y hacerlo además con reconocida eficacia. Algo muy diferente a su diario de rutina en el 601 de Biscayne Boulevard.

Los Heat eran un equipo que respondía bien en el tiro exterior si el balón había circulado previamente con velocidad y precisión, pues en triples en catch and shoot (36,8%) habían estado por encima de la media (10º), pero cuando el ataque se atascaba no tenían jugadores con el nivel suficiente (más allá de Dragic) para resolver por su cuenta sin que los porcentajes cayeran estrepitosamente.

Y Hassan, un pívot acostumbrado (casi exclusivamente) a colocar bloqueos, buscar la continuación y posicionarse para el rebote –y más perdido que un tronista en Saber y Ganar en cuanto le pides un poco de bote y creación (0,6 asistencias de media en su carrera)–, explotaba en júbilo al saber que aterrizaba en un vestuario con no solo uno, sino dos superclases con el clutch implantado en vena.

Plot twist otoñal

Con casi un tercio de fase regular 2019-20 en la buchaca *(24 partidos los Heat, 25 los Blazers), la situación parece haberse invertido.

Los Heat de Erik Spoelstra (ya lo adelantó Sergio Andrés en su Columna) han convertido un titular de ‘pon y quita‘ en un sólido pilar sobre el que se asienta gran parte del éxito atesorado hasta el momento en lo que va de temporada: 38,2% de acierto en tiros de tres; 3º mejor marca de la NBA. Una puntería que, desglosada, se sostiene sobre el 40,6% en catch and shoot y un 31,7% en pull ups.

En realidad comprobamos que, respecto al curso anterior, su virtud sigue siendo la misma, así como su cuenta pendiente. Flojos triplistas en acciones tras bote (no obstante están 15º… mejorando bastante el dato de 2018-19), y sobresalientes cuando el tirador ejecuta desde su peana, manos prestas y pies alineados, en un automatizado recibir y lanzar.

Cualquier otra cosa habría sido extraña y casi anti-intuitiva, pues este verano no ha llegado a Miami ninguna estrella del backcourt excepto Jimmy Butler, líder que si por algo no destaca precisamente, es por su pericia en el tiro de larga distancia.

Spo, al cual empezamos a redescubrir (y admirar) tras la salida de LeBron James, ha sabido detectar rápidamente los puntos fuertes de su plantilla, actuando desde ese instante (y casi desde primera hora) con valentía y decisión.

Salidos de la nada

Rotación y pizarra se han hermanado para, en primer lugar, hacer algo a lo que muy pocos entrenadores jefe se habrían atrevido en su lugar: colocar a un par de rookies y un pseudo-novato en la primera/segunda línea de vanguardia en cuanto a minutos, importancia y fe.

Son Kendrick Nunn (undrafted de 2018 y un año en la G-League con los St.Cruz Warriors, aquí su historia), Duncan Robinson (undrafted de 2018 y 15 partidos el curso pasado con los Miami Heat, promediando un 28,6% en triples) y Tyler Herro (pick tardío de lotería del Draft 2019, el de mejor CV de los tres).

Con esta información, accedemos al portal HoopsStats y vemos lo siguiente respecto a los demás miembros de su plantilla:

  • Minutos: Nunn, 30,5 (4º) – Herro, 28,7 (6º) – Robinson, 26,7 (7º).   
  • Tiros por partido: Nunn, 14,2 (1º) – Herro, 11,6 (4º) – Robinson, 8,4 (7º).
  • Triples intentados: Robinson, 7 (1º) – Nunn, 6 (2º) – Herro, 5,4 (3º).
  • Porcentaje en triples: Robinson, 44,9% (2º) – Herro, 37,9% (5º) – Nunn, 34,5% (6º).

El trío Rugrat se mueve en niveles de jerarquía idénticos o cercanos a Jimmy Butler, Justise Winslow, Goran Dragic y Bam Adebayo, y por encima de piezas contrastadas como Kelly Olynyk, Derrick Jones Jr., Meyers Leonard y James Johnson.

Spolestra ha hecho lo cualquier madre: encontrar el calcetín en ese cajón donde dos minutos antes tú solo veías un espacio hueco y pelusa. Y luego ha golpeado donde la mayoría no veía más que una roca cualquiera, y esta ha empezado a escupir petróleo a borbotones. Carne de tercera unidad elevada a portada de la Conferencia Este.

De lo que no era más que un amasijo de barro y piedra, el head coach ha empapado sus manos y empezado a moldear: y de un plumazo tenemos a dos novatos (un pick 13º y un jugador no escogido) que, salvo catástrofe, serán parte del Mejor quinteto de rookies, y un tercero de quien está rescatando sus magníficos porcentajes (obviados por demás ojeadores) de sus tres años de wolverine en la Universidad de Michigan (41,3%).

La frecuencia en triples en catch and shoot ha subido un punto en Florida respecto la campaña pasada, al igual que las asistencias (de 24,3 a 25,3); y esa es la hoja de ruta que quieren/deben seguir potenciando en Miami si aspiran a sacar todo el rédito a una plantilla que si bien, en principio, parecía configurada para otras cosas (posesiones lentas, más juego interior, cortes y rupturas en puerta-atrás y definiciones al pick and roll), se han encontrado –mitad audacia, mitad suerte–, casi de repente, con un roster que se adapta a las mil maravillas a la narrativa más contemporánea y eficaz: tres jugadores abiertos, un center dominante y el triple en estático como amenaza vital.

Cada estilista a su estilo

No obstante y dicho lo dicho, hay que entender a Whiteside. Antes del verano y también ahora. En Portland tiene por fin aquello con lo que tanto soñaba. Espacio de confort, hábitat natural, delegación y relax.

Los Blazers se mantienen como un equipo rodillo desde el triple en creación (35,2%, quintos de la NBA), con Lillard y McCollum como principales artífices de ello. Para que entendáis lo brutal del contraste, ahí va una tabla.

Jugador Triples No asistidos
(intentados)
C&S
(anotados)
Pull-ups
(anotados)
Lillard81%22%40,3%
McCollum34%48,5%30,5%
Herro17%46,7%24,5%
Robinson4%46,9%25%
Dragic46,2%40,4%41,3%

En lo concerniente a Heat y Trail Balzers, es el jugador quien hace al sistema, y no al revés.

Terry Stotts cuenta con una pareja exterior capaz de tirar por encima del 30-35% en triples no asistidos; es decir, de factura propia. En estas lides Lillard es un All-NBA mientras que McCollum un más que correcto All-Star… este año el primero ronda el 40% y el otro el 30% en pull-ups… y el curso pasado (para una muestra mucho más completa y realista), Lillard hizo un 36,4% y McCollum un 35,5%.

Por contra, resulta fácil entender porqué los neotiradores de los Heat se prodigan en el catch and shoot y cohíben en pull-ups; no hay color en su porcentaje de acierto entre una categoría y la otra.

Y por eso Spoelstra, sabiamente, reduce los triples tras dribling al mínimo (interpretando la tabla a sensu contrario, vemos que el 83% de los triples de Herro y el 96% de Robinson vienen precedidos de asistencia… y al tirar justo tras recibir, sin necesidad de bote, casi la mitad de las veces suena ¡chof!)

Dragic, mención aparte

En cuanto a Dragic, en estos primeros meses de temporada, es una anomalía en sí misma, pero continúa siendo el jugador de Miami con más capacidad para producirse sus propios tiros de tres (y casi cualquier tipo de lanzamiento).

Solo que en lo que va de otoño está que se sale (¡41,3% en pull-ups!), pero si lo comparamos con el de la campaña pasada este fue del 27,6%… lo que no quita que aún sea, insisto, el más apto por ahora para este tipo de acciones.

De ahí que veamos que su cantidad de triples no-asistidos se mueve más entre las órbitas de Lillard (locura ese 81%) y McCollum que en la de sus otros dos compañeros novatos de equipo, con clara etiqueta de especialistas… aunque viendo el estilo de Herro (ese toque a Klay Thompson) es de asumir que con los años ese pull-up pueda ir a (mucho) más.

Felices todos

Resumiendo. Whiteside está contento en Portland (promedia un doble-doble de 16,2 puntos y 12,4 rebotes, y en los últimos cinco partidos [con Carmelo a bordo] está que se sale, con más de 20 puntos y 3,6 tapones), y en Florida están mucho mejor desde que Whiteside (todo desidia en su estertor) se fue.

Ambos equipos cuentan con una nómina had hoc de tiradores. Todos ellos eficaces a su manera, pero con estilos (ergo sistemas) diametralmente opuestos.

Mientras Spoesltra ‘hace’, Stotts ‘deja hacer’.

Y qué bonito es. Nunn, Herro y Robinson. Cuando nadie lo esperaba (Whiteside menos que nadie). Y eso, a mi modo de ver, bien vale varias nominaciones al Coach of the Year.

*Datos actualizados a 13/12/19
(Fotografía de portada de Mike Ehrmann/Getty Images)


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