A los Celtics se les atraganta Atlanta

Con un guion que no pudo ser más distinto, Celtics y Hawks ofrecieron un choque con un resultado prácticamente idéntico al de hace tres días. Esta vez sin remontada de 30 puntos, sino con 40 cambios de líder en el marcador; sin un triple inexplicable de Hunter como sentencia, sino con Dejounte Murray decidiendo en los últimos segundos. Y esta vez con cinco minutos de tiempo extra y con 133-132 en el marcador, pero con Atlanta saliendo de nuevo como vencedor.

Hubo que esperar hasta el último segundo para que así fuera, incluso a la última décima. Ese era el tiempo que quedaba cuando Murray encaró a Jrue Holiday, avanzó hasta la cabeza de la bombilla y se levantó desde media distancia para convertir el tiro que terminó de llevar la fiesta al State Farm Arena. Un tiro que supuso la culminación de la mejor noche de su carrera.

Este lanzamiento llevó al base hasta los 44 puntos, cifra que se convierte en su nuevo récord personal. Dejounte había llegado hasta en tres ocasiones a los 41, pero nunca se había encontrado a un equipo que necesitase tantísimo su aportación ofensiva y nunca se había tratado de echar tanto a los suyos a la espalda. Y es que 44 fue también el número de lanzamientos que ejecutó, lo que no propició su noche más eficiente en el tiro (40,9% de acierto) pero dio a los locales el referente ofensivo que necesitaban.

Esta tendencia se fue intensificando con el paso de los minutos, hasta que se llegó a una prórroga en la que Murray fue el único jugador de los Hawks en anotar. De hecho, con excepción de un lanzamiento de Wesley Matthews, fue el único jugador de los Hawks en tirar a canasta en esos cinco minutos. Quin Snyder vio que los Celtics estaban teniendo problemas para frenarlo en el bloqueo directo y usó una y otra vez esa jugada, castigado a Kristaps Porzingis tras los cambios de marca y permitiendo al base sumar continuamente.

Mazzulla tardó varios minutos en proponer siquiera una alternativa defensiva para evitar el missmatch con el letón, y cuando lo hizo fue ya demasiado tarde. Pero curiosamente, el técnico reconoció haber dejado que así fuera para usar este duelo como un campo de entrenamiento.

«Lo hemos hecho a propósito. Hemos tenido la oportunidad de practicar una jugada a la que nos vamos a tener que enfrentar y la hemos usado. Prácticamente no hemos defendido cambiando en todos los bloqueos cuando Porzingis está en pista, y esta ha sido una buena oportunidad para trabajarlo y ponerlo a prueba. Ahora veremos el vídeo para seguir mejorando».

Donde sí han tenido más experiencia los Celtics es en finales parejos, una experiencia que se les ha atragantado un poco hasta ahora. La gestión ofensiva de las últimas posesiones de partido es uno de los apartados más criticados del equipo, casi intratable en todos los demás aspectos, y esta vez los problemas volvieron a repetirse. Boston acudió casi en exclusiva a Jayson Tatum en el tramo final, y este respondió con puntos pero sin una gran eficiencia.

El alero sumó 12 de sus 31 tantos en el último cuarto, pero lo hizo con un mejorable 4/12 en el tiro y fallando el triple sobre la bocina que habría evitado el tiempo extra, un triple que no llegó en las mejores condiciones pese a contar con toda una posesión para prepararlo. En la prórroga sí sumó de forma más eficiente desde el tiro libre, pero tampoco pudo poner el orden necesario para evitar otra insurrección de los Hawks, que, cuando llegue el play-in, mirarán a estos dos partidos ante el mejor equipo de la liga para intentar encontrar el molde del equipo que aspiran a ser.

(Fotografía de portada: Kevin C. Cox/Getty Images)


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