Muchos aficionados y personas vinculadas a la competición han expresado su deseo por ver a una entrenadora jefe en la NBA. Una voluntad compartida por el propio Adam Silver que ha sido proyectada principalmente sobre la figura de Becky Hammon, una pionera en la profesión.
Tras cuajar una exitosa carrera como jugadora, Hammon ha ocupado un puesto como asistente de Gregg Popovich en los San Antonio Spurs desde 2014. A partir de entonces ha ido quemando etapas que la han llevado a conquistar la Liga de Verano de Las Vegas, convertirse en la primera mujer en dirigir un partido tras una expulsión de Popovich o a quedarse a las puertas de entrenar a los Blazers.
Ella misma ha reconocido sentirse lista para dar el salto definitivo y solo parece cuestión de tiempo que así termine ocurriendo. Eso sí, ha querido dejar muy claro que quiere que la oportunidad recibida responda a sus habilidades como coach y nunca como un premio por ser mujer.
«Por favor, no me contratéis por el simple hecho de ‘marcar una casilla'», declaró en una entrevista para Associated Press. «Eso es lo peor que puedes hacer por mi. Contrátame por mis habilidades y mi manera de entrenar. Por quien soy como persona.»
Confrontar estos prejuicios y valorar de manera más justa a todos los candidatos por sus méritos ayudaría a derrumbar esta barrera levantada entre la NBA y las entrenadoras. Un enfoque que impulsaría una diversidad más natural y justa en la liga.
(Fotografía de portada de Ronald Cortes/Getty Images)