Carmelo Anthony: «No tengo nada que demostrar»

Carmelo Anthony ha regresado a Denver, la ciudad donde comenzó su carrera en la NBA, en muchas ocasiones desde que abandonara la franquicia rumbo a Nueva York en febrero de 2011. Sin embargo, hasta ahora nunca lo había hecho en calidad de rival durante una serie de playoffs.

Este sábado arranca la eliminatoria de primera ronda que medirá a su actual equipo, los Portland Trail Blazers, contra los Denver Nuggets. Una serie que ha empujado al veterano jugador a realizar un recordatorio rápido de todo lo vivido desde que recaló en la liga allá por 2003.

«Denver siempre tendrá algo especial para mí, independientemente de si visto esa camiseta o soy el rival», afirmó Melo según recoge un artículo para la web de la NBA. «Es muy diferente ahora, muy diferente. Mi forma de pensar es diferente. Mis metas son diferentes.»

Este cambio de mentalidad ha sido impulsado por unos últimos años de carrera especialmente complicados e inusuales para él. Tras pasar un año alejado de las canchas tuvo que lidiar con la idea de una inminente retirada y de cómo sería su vida lejos del baloncesto profesional. Finalmente recibiría la llamada de los Blazers, donde se vio exigido a un doble esfuerzo. Primero, la adaptación a un nuevo sistema después de un largo periodo de inactividad. Y, segundo, el asimilar un papel secundario por primera vez en su carrera.

Esta transformación ha dado como resultado a un Anthony con un rol importante desde el banquillo sujeto a unas funciones bien delimitadas. En su 18ª temporada en la NBA se ha erigido como una vía alternativa en la anotación, lo que le ha permitido ir ascendiendo poco a poco hasta situarse en el top 10 de máximos realizadores históricos. Ahora, tendrá una nueva oportunidad de seguir sumando en post-temporada.

«Aquí es donde debería de estar. En los playoffs. Hablo con el corazón. Si no estuviera en post-temporada sería un problema. Esos años en los que no llegué hasta aquí fueron muy frustrantes. Dolorosos. Así que ahora estoy en un lugar familiar, pudiendo hacerlo a este nivel en mi 18ª temporada y teniendo la oportunidad de competir al más alto nivel por un campeonato. No hay nada más que pueda pedir.»

A este ímpetu competitivo le acompaña también una mayor comprensión de su situación y una madurez muy superior a la mostrada en el inicio de su carrera. A sus 36 años, Carmelo no siente la presión propia del que es observado con lupa.

«No tengo que demostrar nada», aseguró. «Simplemente quiero salir, jugar bien, jugar duro y estar preparado mental y físicamente para la post-temporada. Sé lo que tengo que hacer en estas situaciones, sé lo que mi equipo necesita de mí. Pero, aparte de eso, no necesito demostrarle nada a nadie. Simplemente salgo a jugar como sé hacerlo. No tengo nada que probar ahí fuera.»

(Fotografía de portada de Christian Petersen/Getty Images)


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