Aires de renovación en los Charlotte Hornets. Se acabó la era Michael Jordan y se inaugura de Gabe Plotkin y Rick Schnall. Un nuevo proyecto de estadio e instalaciones de entrenamiento está en el horno. Mitch Kupchak dejó la gerencia y Jeff Peterson le ha relevado… con optimismo. «Vas a pensar que estoy loco cuando lo diga, pero vamos a convertir a los Hornets en la franquicia insignia de la NBA», se ha aventurado a decir el presidente de operaciones en su primera rueda de prensa junto a la nueva propiedad.
Los comentarios de Peterson son, cuanto menos, naifes. La venta de la franquicia iniciada el pasado agosto se tasó alrededor de los 3.000 millones de dólares. Lo que colocaría el valor de los Hornets solo por encima de cinco franquicias según las últimas estimaciones de Forbes: Grizzlies, Timberwolves, Pelicans, Pacers y Magic. En cabeza, los Golden State Warriors, valorados en 7.700 millones de dólares y siendo la segunda organización deportiva más valiosa de la actualidad solo por debajo de los Dallas Cowboys.
Y es que ni siquiera los Warriors, la franquicia NBA que más ha crecido en la última década, tiene asegurada su vigencia en el trono. Mil factores han supuesto su entrada en un olimpo que siempre ocupaban Lakers y Knicks a varios cuerpos del resto exceptuando los años de Jordan en Chicago. Uno de ellos, Stephen Curry, es finito. El otro factor mayor, pertenecer a un mercado como San Francisco, fue un movimiento de enorme coste y solo posible sin cambiar de marca por la cercanía con Oackland.
El potencial de Charlotte como mercado
North Carolina es una de las capitales del baloncesto en los Estados Unidos. Pero esto tiene que ver más con la tradición que con la mercadotecnia. De hecho, sus equipos más celebrados juegan en la NCAA y no son otros que la Universidad de Duke y la de North Carolina. Los Hornets son más una franquicia maldita dentro de un emplazamiento cuya mercadotecnia ha girado únicamente alrededor de la figura de Jordan.
Plotkin y Schnall se han mostrado entusiasmados con sumar a Peterson, hasta ahora mano derecha de Sean Marks en los Brooklyn Nets. Aun así, como nuevos propietarios, han dejado caer que las decisiones deportivas, de momento, serán tomadas en conjunto. Una nueva era comienza en Charlotte y, a pesar de que Peterson probablemente se pase de optimista, no hay razones para perder la ilusión a las primeras de cambio.
(Fotografía de portada cortesía de Charlotte Hornets)