Según ha anunciado la NBA durante la tarde del jueves, de los 498 jugadores examinados por COVID-19 desde el 30 de diciembre, solo cuatro han devuelto pruebas positivas confirmadas. Esto significa que además de los ya conocidos Chandler Hutchison y Tomas Satoransky de los Bulls, otros dos jugadores han tenido coronavirus.
Estos resultados son los primeros que conocemos desde los informados hace una semana, que habían arrojado cero casos positivos. La baja tasa de contagio sigue inspirando confianza en los protocolos de la Liga fuera de la burbuja. Pero la pandemia persiste y la NBA obviamente no es inmune.
Según ha reportado Shams Charania de The Athletic, estos resultados no son inesperados para Adam Silver, dado el aumento de reuniones con motivo de las vacaciones de invierno. El comisionado ha mostrado su preocupación ya que recientemente los expertos de salud advirtieron que enero se perfila como el peor mes en Estados Unidos en términos de picos de casos. Pero si logran superarlo sin mayores contratiempos, se esperan mejoras a partir de febrero.
Mientras tanto, la NBA no se relaja. Desde este jueves comenzaron a ser obligatorios para los jugadores y miembros del equipo, dispositivos de rastreo que permiten analizar con mayor facilidad los contactos estrechos fuera de los pabellones.
Según las cifras oficiales de la NBA, al menos 117 jugadores han contraído el coronavirus desde el inicio de la pandemia. Con un número tan alto, mantienen la esperanzada de que las probabilidades de reinfección sean extremadamente bajas, y permita desarrollar la temporada sin suspensiones masivas.
(Fotografía de portada de Michael Reaves/Getty Images)