Hace apenas seis meses, DeMar DeRozan y su agente, Aaron Goordwin, se encontraban negociando con la directiva de San Antonio una serie de aspectos de cara a formalizar su traspaso a Los Angeles Lakers. Un movimiento bien visto por todas las partes implicadas y que no estaba lejos de materializarse.
Una historia conocida por todos y que se torció desde el preciso instante en el que LeBron James y Anthony Davis se reunieron con Russell Westbrook, tras lo cual mediarían con la gerencia angelina para cerrar la incorporación del MVP de la temporada del 2017.
Por su parte, DeRozan acordaría un sign-and-trade que lo llevaría a los Chicago Bulls, donde está cuajando una sensacional temporada. Por su parte, el alero afirmaría no estar molesto con aquel desenlace cuando todo parecía hecho para vestir la camiseta oro y púrpura.
Una resolución que deseaba y por la cual hubiera aceptado una rebaja de sus pretensiones económicas, según ha señalado el propio jugador al medio Bleacher Report. Recordemos que su contrato con los Bulls asciende a tres años y 85 millones de dólares.
«No diría que sustancial pero sí que era una opción realista», declaró DeRozan. «Quería ir porque la oportunidad de irme a casa no se tiene a menudo. Además de tener la oportunidad de jugar con uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Es difícil rechazar eso. Luego, competir por un campeonato en tu ciudad natal. Todos esos elementos se alinearon para considerar un recorte salarial realista.»
El desenlace final le ha devuelto dividendos en la cancha. Los Bulls están siendo uno de los mejores jugadores de la Conferencia Este, mientras que el jugador se ha asentado como uno de los mejores exteriores de la conferencia, promediando 26,4 puntos, 5,0 rebotes y 4,8 asistencias por partido.
(Fotografía de portada de Stacy Revere/Getty Images)