Doncic corta la racha triunfal de los Rockets

Los Dallas Mavericks ya son quintos del Oeste. El conjunto de Jason Kidd ha dado continuidad a su excelente tramo final sumando ante Houston su séptima victoria consecutiva al imponerse por 107-125, igualando en la clasificación a unos Pelicans con los que por ahora tienen ganado el desempate. Y, para delicia de los espectadores, sentando las bases de una revancha ante los Clippers en playoffs que podría ser la madre de todas las primeras rondas.

El triunfo llegó a costa de unos Rockets a los que hicieron lucir como si hubiéramos vuelto a febrero. Poco se vio en los texanos del equipo que llevaba 11 victorias seguidas y del Jalen Green que pedía a gritos el trono de jugador del mes de marzo. El carruaje volvió a convertirse en una calabaza y Cenicienta volvió a parecer un equipo de lotería en vez de uno de postemporada, pues la diferencia con los Warriors vuelve a ser de dos partidos más el desempate. Y esta vez no hay magia que cambie la situación, porque la magia la puso un esloveno que jugaba en el equipo rival.

Luka Doncic llegaba al choque con algunas dudas sobre el estado de su rodilla, pero estas desaparecieron en cuanto el esférico llegó a sus manos. Como es habitual en sus exhibiciones, el base tomó el control desde el inicio y firmó un arranque que puso todo cuesta abajo para los Mavs, con una primera parte que equivale a actuaciones enteras de otras estrellas. De hecho, ya con sus 22 puntos y 4 asistencias en el primer cuarto, en el que solo una canasta visitante no fue creada por él, llevó casi en solitario la diferencia a los dobles dígitos, y a partir de ahí esta seguiría creciendo hasta conceder un triunfo plácido a Dallas.

Los números de Luka siguieron creciendo hasta los 47 tantos, 12 rebotes y 7 asistencias, y la diferencia continuó ampliándose hasta los 29 puntos sin que Houston pudiera encontrar la forma de evitarlo. Con un 60% de acierto (18/30), Doncic entró en uno de esos estados en los que no parece que haya nada que hacer para frenarlo, en la que incluso los lanzamientos a una mano sobre la bocina de posesión son una canasta segura. Y si a eso se le añade un escudero de lujo especialista en los finales de partido, ya no queda nada que hacer.

Y es que con la llegada del último cuarto, el esloveno cedió por completo el control a Kyrie Irving, que apagó cualquier intento de reacción local con 15 de sus 24 tantos. Doncic no solo no anotó en el cuarto parcial, sino que lanzó solamente dos veces a canasta y no trató de forzar demasiado la situación. No era necesario. Porque aunque estos Mavs funcionan de maravilla bajo su mando, también saben hacerlo sin él.

Por el contrario, los Rockets sufrieron para mantener su buena dinámica con un Jalen Green alejado de su mejor versión. Ante el buen trabajo defensivo de hombres como Exum, Derrick Jones o P.J. Washington, el escolta tuvo muchos problemas para mantener la eficacia de noches anteriores y se quedó en unos pobres 12 puntos con un 5/15 en el lanzamiento. De hecho, solo Jabari Smith Jr., autor de 28 tantos, dio la cara por los de Udoka, pero fue insuficiente para hacerse con la 12ª victoria consecutiva y para frenar a unos Mavericks que llegan al mes de abril en un momento inmejorable.

(Fotografía de portada: Tim Warner/Getty Images)


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